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domingo,
20 de
agosto de
2006 |
Mempo Giardinelli: "Un pueblo que no lee está condenado a la extinción"
El escritor chaqueño, impulsor del foro para el fomento de la lectura, dijo que Argentina se salvó por poco
Gabriela Mayer
El escritor Mempo Giardinelli, un activo promotor de la causa del fomento de la lectura, aseguró que un pueblo que no lee está "condenado a la extinción". La fundación que preside Giardinelli es la organizadora de iniciativas como el 11º Foro Internacional por el Fomento del Libro y la Lectura, que se inició el miércoles y culminó ayer en la ciudad natal del escritor, Resistencia, con la participación de numerosos escritores e intelectuales que se dieron cita en el noreste del país para debatir el tema.
En la clausura estuvo también el ministro de Educación, Daniel Filmus, quien destacó la iniciativa del escritor.
"Somos una gota en el océano. Yo diría que hay es una conciencia de que una sociedad que no lee es una sociedad que se suicida. Quizá no lo sabe, es un suicidio lento", consideró.
Giardinelli acaba de publicar "Volver a leer", producto de más de veinte años de trabajo en la promoción lectora. "Estoy muy contento con el libro, para mí es lo mejor que he hecho. Estoy más contento con este libro que con una buena novela o un libro de cuentos", señaló.
Allí esboza sus propuestas para ser "una nación de lectores", subrayando que si no se lee, el seguro destino de los pueblos es más ignorancia y peor calidad de vida.
El autor de "La revolución en bicicleta" y "Luna caliente" aseguró padecer una especie de "trizofrenia". "Siempre estoy dividido en tres partes: el periodismo, el trabajo constante en mi vida; otro tercio es la labor institucional, mi parte política y social, y el otro es la literatura, mis dos, tres horas diarias de aislamiento total, generalmente a la mañana muy temprano".
"Siempre tengo algún proyecto, escribo cuentos, por ahí me paso leyendo, escribo algún poema, trabajo una novela. Me cuido mucho ese espacio, en el cual no entra nada", destacó el novelista, cuentista y ensayista.
La preocupación por las políticas de lectura se remonta a su regreso del exilio en México en 1984. "Empecé a preocuparme y a ocuparme de ver de qué manera podía colaborar para recuperar un país lector que se había perdido, por la dictadura, porque el libro era subversivo, la lectura era peligrosa, era censurable".
"Esto había embrutecido notablemente a la sociedad argentina. Yo venía de un país, México, en el cual más allá de sus contrastes sociales había esta libertad de pensamiento y un trabajo consistente en favor de la lectura, en favor de la alfabetización, era un país que iba creciendo en esos términos", destacó el premio Rómulo Gallegos 1993.
Un país embrutecido
"Y yo llegaba a un país que había tenido mucha tradición muy culta, muy rica, y que estaba embrutecido, pero no lo sabía". En 1986 Giardinelli fundó la revista "Puro Cuento", y después surgió la Fundación Puro Cuento, cuya misión era estimular la lectura y crear bibliotecas. Pero la publicación cerró en 1992, golpeada por los planes económicos que "arrasaron con las pymes de la Argentina, entre ellas la nuestra", recordó.
"Me quedé muy mal, muy desanimado, me daba mucha rabia tener que cerrar una revista que estaba instalada, que tenía prestigio, pero no teníamos plata, no había manera de sostenerla. Ahí me fui de Buenos Aires, en realidad tuve una crisis personal. Después estuve acá (en Resistencia) un par de años retirado, me dediqué a terminar una novela".
Hasta que en 1996 se concretó el primer foro de lectura en la provincia del Chaco. "Fue un éxito impresionante, vino muchísima gente. Y me di cuenta que tenía un capital que era fabuloso, que eran mis amigos", que decidió poner al servicio de estos encuentros.
Giardinelli cree que, aunque muchos no lo digan nunca, "el foro representa un congreso que llena de orgullo a los chaqueños. Yo siento que estamos dando un resultado extraordinario de enriquecimiento, me consta que cada vez hay más lectura acá".
Asimismo confía en que se va a constituir una sociedad de lectores en la Argentina. "Hay mucha gente que está trabajando en esto, en este gobierno, el Plan Nacional de Lectura, varias campañas, la de la Conabip (Comisión Nacional Protectora de Bibliotecas Populares), la de la Secretaría de Cultura, y esto es muy bueno". Aunque advirtió: "Si hubiéramos seguido como hasta hace tres o cuatro años, estábamos liquidados".
Libros y comida
En paralelo a los sucesivos foros anuales, surgió la Fundación Mempo Giardinelli, que comenzó a desarrollar otras actividades relacionadas con la lectura, como el Programa de Abuelas Cuentacuentos. "Nuestras abuelas están llevando lectura todas las semanas a 50.000 chicos en más de 140 escuelas del Gran Resistencia", algo que, apuntó, es fácil de decir pero no de implementar.
Después se inició el Programa de Asistencia a Comedores Infantiles, "porque las abuelas venían y decían: «los chicos se quedan dormidos de hambre», era tremendo. Nosotros no podemos resolver el hambre en el Chaco, pero algo podíamos hacer, empezamos con este programa, y después saltamos al de lectopediatras voluntarios", apuntó.
En su reciente libro, Giardinelli -quien no duda que si es escritor es porque hubo biblioteca en su casa- identifica también a sus "padres literarios": "Uno ya es universal (Juan Rulfo, 1918- 1986), y al otro (Juan Filloy, 1896-2001) se lo está reconociendo poco a poco en todo el mundo".
Consultado acerca de qué sensación le produce escribir, consideró: "La alegría de la creación cuando puedo crear, cuando tengo algo que estoy persiguiendo, la ansiedad y la felicidad de la creación. Es como un soplo de vida, una especie de reoxigenación". El proceso de escribir "me hace leer, me serena, por momentos me apasiona, siempre ando con papelitos, libretitas, siempre estoy anotando cosas". (DPA)
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Fotos
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Giardinelli junto al ministro Filmus.
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