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 jueves, 22 de junio de 2006  
A sangre fría. Dos nuevos crímenes sacudieron en las últimas horas a la capital provincial
Asesinan a una comerciante de dos escopetazos dentro de su vivienda
Era dueña de una tradicional ferretería y por el hecho, de oscuros móviles, detuvieron a reconocido mecánico dental

Marcelo Carné / La Capital

Santa Fe.- Una comerciante de 67 años fue asesinada de dos disparos de escopeta en su vivienda del barrio Roma, una zona residencial de la zona oeste de la capital santafesina, y por el crimen fue detenido un reconocido profesional afincado en el centro de la ciudad. Tras descubrirse el homicidio, el hombre resistió la detención y finalmente debió ser internado en el Hospital José María Cullen debido a una crisis cardíaca.

El cadáver de Marta Guadalupe Rotondo, propietaria de la tradicional ferretería Prato, situada en la esquina de La Rioja y San José en el corazón de barrio Roma, fue hallado la noche del martes en el interior del baño de su casa, pocos metros del local comercial. Según las primeras pericias forenses, la mujer presentaba dos disparos de escopeta en la zona del cuello y el tórax.

El macabro crimen se descubrió cuando una hermana de Rotondo no pudo comunicarse por teléfono con la mujer y decidió dirigirse a la casa. Allí se sorprendió al ver que nadie respondía a sus llamados y entonces le solicitó a los empleados de la ferretería que la ayudaran a ingresar a la vivienda. Así fue que accedieron por la puerta trasera a través del patio de la casa de un vecino y se toparon con el horrible cuadro.

El cadáver de Rotondo estaba en el interior de uno de los baños de la casa y sin aparentes rastros de muerte violenta, ya que en el lugar no había manchas de sangre ni signos de desorden. Sin embargo, al arribar pocos minutos después personal de los servicios de emergencias y una comisión policial, el médico forense constató que el cuerpo presentaba dos perdigonadas de escopeta.

Pero el dato más sustancial hallado por los investigadores en la misma escena del crimen consistió en una sugestiva anotación que la propia víctima había escrito de puño y letra conteniendo severas imputaciones referidas a un hombre de su entorno íntimo.

Con ese dato clave, agentes de la seccional 1ª y de la División Homicidios de la Unidad Regional I se dirigieron al domicilio de Marcelo Gutiérrez, un reconocido mecánico dental de 63 años, que habría mantenido una relación conflictiva con la víctima en los últimos tiempos.

Cuando los pesquisas llegaron a la cuadra donde vive Gutiérrez, en Hipólito Irigoyen al 2700, se encontraron con el hombre en la puerta de su casa. Sin embargo, el propio acusado intentó despistarlos fingiendo otra identidad y señalando como propia la casa de un vecino. Así pretendió ganar tiempo y se refugió en su vivienda, desde donde intentó resistir el arresto.

A partir de ese momento, y con la presencia en el lugar de subjefe de la Unidad Regional I de policía, comisario Hugo Jaime, y el juez de Instrucción en turno, Carlos Ferrero, se inició una tensa y prolongada negociación con Gutiérrez -en la que incluso se llegó a temer un posible suicidio del sospechoso a quien se le encontraron armas en su poder- aunque finalmente el hombre terminó entregándose poco antes de que la policía se dispusiera a ingresar a su domicilio mediante el empleo de la fuerza.

Según confiaron fuentes de la investigación a La Capital, Gutiérrez fue arrestado preventivamente y quedó a disposición de la justicia de Instrucción por su presunta vinculación con el crimen de la comerciante. Anoche, el hombre permanecía internado en la sala penitenciaria del hospital provincial José María Cullen y bajo custodia luego de padecer una presunta crisis cardíaca.

En tanto, al cierre de esta edición trascendieron algunos detalles que tienden un manto de dudas sobre las circunstancias en que Rotondo fue asesinada. Entre ellos, el ángulo desde el cual se efectuaron los disparos que impactaron en el cuerpo de la mujer no coinciden con la posición en que fue hallado el cadáver, motivo por el cual no se descarta que el mismo haya sido trasladado hasta el lugar donde fue encontrado luego de perpetrado el crimen en otro sitio.

De lo que nada se supo, es del contenido del texto que dejó escrito la comerciante asesinada, más allá de las imputaciones a Gutiérrez. Ahora será menester de la policía y la Justicia descifrar que relación tenían víctima y victimario y así orientar la pesquisa a los motivos del crimen.
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Marcelo Gutiérrez, el mecánico dental de 63 años imputado del crimen, es escoltado por la policía después de resistir su arresto.

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