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 miércoles, 31 de mayo de 2006  
Mientras en Madrid debaten, arriban a las Canarias hasta ochocientos ilegales por día
En el Congreso, Zapatero y el PP discutieron sobre el fenómeno, que despierta creciente xenofobia

Jorge Vogelsanger

Madrid. - Mientras que en Madrid gobierno y oposición se enfrentaban en el Congreso por la política de inmigración, a 2.000 kilómetros de la capital española, en las islas Canarias, no paraban de llegar embarcaciones llenas de indocumentados procedentes de Africa en busca de una vida mejor.

El archipiélago canario contabilizó en apenas 24 horas once "cayucos" -nombre con el que se conocen las frágiles lanchas que utilizan los inmigrantes- con casi 800 "sin papeles" a bordo, un nuevo récord para estas islas. "Los cayucos no sólo están llegando a nuestras costas, sino que llegan al mismo hemiciclo del Congreso", vaticinó el jefe del Ejecutivo canario, Adán Martín, de cara al debate sobre el estado de la Nación en el Parlamento. Y tuvo razón.

En su intervención ante el pleno, el presidente del gobierno central, José Luis Rodríguez Zapatero, afirmó que está adoptando "todas las medidas que están a su alcance" ante la presión migratoria, y destacó el aumento de los recursos humanos y materiales para el control de las costas, la cooperación con los países de origen o la colaboración de la Unión Europea (UE). Pero a los ojos del gobierno canario, y de la oposición, esto no es suficiente.

"El gobierno está absolutamente desbordado", manifestó en el debate el líder del opositor Partido Popular (PP), Mariano Rajoy. "Por el sur llegan las víctimas de las mafias, y por el norte, además de las personas que buscan una vida mejor, entran delincuentes y mafiosos", aseguró.

Rajoy, quien criticó duramente el proceso extraordinario de regularización que llevó el año pasado a la legalización de unos 600.000 indocumentados, muchos de ellos latinoamericanos, señaló que Rodríguez Zapatero está aplicando una "ley de papeles para todos" que ha provocado un "efecto llamada" insostenible.

También el presidente del gobierno insistió en que la llegada de inmigrantes debe producirse en un marco de legalidad y "asociada a las posibilidades y necesidades del mercado de trabajo" español. Pero Zapatero también hizo hincapié en que los inmigrantes son necesarios para España, un país con una natalidad muy reducida y que de no ser por los extranjeros afrontaría serios problemas para financiar el sistema de seguridad social y las pensiones. "La inmigración está contribuyendo al crecimiento de España", subrayó.

Aún así, el jefe del Ejecutivo reconoció que la situación en las islas Canarias es seria y que "el control de las fronteras no es suficiente". Al mismo tiempo, Zapatero pidió respeto para los inmigrantes que residen en España y anunció que su Ejecutivo aprobará en las próximas semanas el "Plan Estratégico de Ciudadanía e Integración", destinado a mejorar y fomentar la participación social y cívica de los extranjeros en el país.

El plan apunta a frenar, ante el fuerte aumento de inmigrantes que España ha experimentado en el último lustro, los crecientes sentimientos de rechazo en la población.


El 70% está en contra
De hecho, según una reciente encuesta publicada por el diario El Mundo, casi siete de cada diez españoles considera que el número de inmigrantes es "excesivo", mientras que sólo el 18 por ciento cree que ese número es adecuado. En este contexto, organizaciones no gubernamentales advierten del peligro de asociar inmigración con delincuencia, como se ha hecho desde el PP en relación con la ola de robos que viven algunas partes del país.

Así, el secretario general del PP, Angel Acebes, afirmó la pasada semana que las fronteras de España se han convertido en "un coladero" y que de ello se están aprovechando las bandas de delincuentes. "Sí que tiene que ver con las bandas que trafican con seres humanos la delincuencia que se está introduciendo en las casas, en los robos con violencia, en los secuestros exprés, en los homicidios, claro que tiene que ver", aseguró.

El presidente de la Asociación de Trabajadores Marroquíes en España, Kamal Rahmouni, manifestó que el PP le hace "un flaco favor a la convivencia del día a día. Es una falta de respeto acusar a más de tres millones de inmigrantes, que vivimos y trabajamos en España, aportando nuestro granito de arena en la sociedad, de ser delincuentes". (DPA)
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Un "cayuco" atiborrado de inmigrantes en el puerto de Los Cristianos, Tenerife.


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