La empresa buscará reducir en un 70% sus pérdidas en los próximos dos años

La EPE sale con todo contra el fraude

Un encuentro reunió ayer a unos 400 directivos, empleados y autoridades. Inspecciones direccionadas

"Ahora vamos por todos" fue la frase tajante del interventor de la EPE, Luis El Halli Obeid, en el marco del seminario donde se analizaron las estrategias para combatir el fraude y el robo de energía. El encuentro fue el primero en reunir niveles gerenciales y operativos para hacer un frente común y revertir lo que consideran una encrucijada. La empresa pierde un 13 por ciento de la energía que opera y un 10 por ciento de lo que factura. Para superar el trance habrá un control inteligente que permitirá reducir en un 70 por ciento las pérdidas en los próximos dos años.

Para lograr ese objetivo, habrá un inspector cada 4 mil clientes y se accionará en forma selectiva sobre los usuarios sospechados. Al mismo tiempo volverán los "barridos generalizados" que ya realizaron en forma conjunta con las universidades tecnológicas de Rosario y Santa Fe. Se trata de visitas domiciliarias que permiten detectar situaciones irregulares en la toma de energía.

"Dentro de dos años podremos hablar seriamente de que la EPE dejó de perder plata de manera boba", dijo un eufórico Obeid tras el seminario, al que calificó como "un éxito, con 400 personas sentadas y atentas a las exposiciones". Del encuentro participó también el secretario de Justicia, Gabriel Somaglia, quien habló sobre la articulación del problema con la Justicia correccional.


Cuatro caminos
Así, al final de la tarde, quedaron en pie cuatro caminos para resolver el problema: bajar la demanda irracional, reducir el descontrol que provoca reventones en zonas marginales en invierno y en zonas urbanas en verano, recuperar el dinero que se pierde y aplicarlo a las inversiones, y optimizar el sistema comercial de la empresa.

Según Obeid, la mitad del 10 por ciento del dinero que se pierde por distorsión de consumo la generan "sectores pudientes", que serán justamente el primer blanco de los controles. A su vez, la mitad de quienes teniendo recursos cometen fraudes con la energía, lo hace alterando los mecanismos de medición o con los llamados retornos por neutros -artificio que entraña alto riesgo de electrocución- o modificando la línea de entrada con cables paralelos.

"Esta es una etapa distinta en la lucha de la EPE contra el fraude y el hurto", insistió Obeid, y calificó al problema de flagelo. Ahora, a diferencia de años anteriores, el control se hará de manera "inteligente", a partir de la base de datos comercial que muestra el comportamiento de los clientes. "Sin necesidad de pasar por la casa sabemos de antemano quiénes pueden estar en situación irregular", graficó.

Consumos planchados o con cambios abruptos, correlación de la toma de estados con tipo de actividad y vivienda, además del comportamiento histórico del cliente serán las variables de lo que dieron en llamar ecuación inteligente. "Conjugando esos datos y otra serie de parámetros se convertirá a cada inspección en una verdadera detección de infractores", agregó.

En el rango del sector pudiente que comete fraudes, el interventor incluyó a usuarios domiciliarios, comercios chicos y en menor medida algunos clientes industriales, aunque aclaró que no pone las manos en el fuego por nadie y que incluso hay estudios jurídicos.

Por su parte, Gabriel Navas, letrado a cargo del área pérdidas no técnicas de la EPE, explicó que cuando se reciben las actas de fraude se pone en marcha el proceso judicial a través de la denuncia policial.


Cómo evitar otro apagón
Según Obeid, hoy la demanda crece a una tasa inusitada y tan alta que complejiza el abastecimiento. Por lo pronto, el plan es abastecer la demanda creciente y hacer que las actuales instalaciones resistan los primeros embates de este incremento. Para esto es necesario ampliar la capacidad de transformación, así como el diámetro y tendido de los cables distribuidores.