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 jueves, 25 de mayo de 2006  
Fuego cruzado. Ya son 18 los testigos que deberán presentarse en la policía en el marco de la denuncia por amenaza de muerte
Un pacto de silencio aplacó ayer el escándalo entre Peressotti y Boasso
Todos los bloques del Concejo acordaron seguir la denuncia en la Justicia. Igual hubo tensión entre ambos

Lucas Ameriso / La Capital

Los concejales buscan despegarse del escándalo. Un pacto de discreto silencio hizo que la disputa que protagonizan el concejal justicialista Daniel Peressotti y su par radical Jorge Boasso no se disparara en la sesión de ayer. El que logró el cese del fuego fue el presidente del cuerpo, Miguel Zamarini, quien llamó por separado a los ediles a fin de conocer qué actitud tomarían en el recinto. Así, antes de que comenzara la sesión, todos los bloques acordaron que será la Justicia la encargada de pronunciarse en torno a las amenazas de muerte que le habría proferido el farmacéutico al abogado. Y obedientes, todos hicieron mutis por el foro y de eso... no se habla.

Claro que horas antes todo había presagiado una jornada calentita. Al Palacio Vasallo llovieron cédulas de citación ordenadas por el juez Horacio Benvenutto y recayeron sobre 18 testigos de la discusión entre Peressotti y Boasso en la reunión de la comisión de Salud del lunes pasado.

Así, los siete concejales que integran dicha comisión, sus secretarios, asesores, funcionarios y miembros de la Fundación Ejercicio Ciudadano tendrán que presentarse a partir de mañana y durante la semana entrante en la División Seguridad Personal de la policía (Ovidio Lagos 5250) para atestiguar en la causa por presunta amenaza de muerte.

Todos esperaban un día cargado de acusaciones, pero como si fuera el cardenal Antonio Samoré (el enviado del Vaticano que medió en el litigio por el canal de Beagle entre Argentina y Chile), Zamarini logró sellar un pacto de no agresión en el recinto.


Por separado
"Me reuní en forma separada con ambos concejales a los fines de informarme para saber qué estaban pensando hacer. Peressotti me dijo que no iba a pedir el tratamiento del proyecto (que impulsa Boasso en torno a un banco de preservación de células de médula ósea y que el farmacéutico no apoya) y aseguró que no tenía inconvenientes en retractarse. Y Boasso señaló que esperará la instancia de la denuncia penal sin hacer ningún tipo de planteo. Así, en la reunión de Labor Parlamentaria no hubo nadie que haya tenido la intención de referirse al tema", resumió Zamarini.

Tras la fumata blanca y con algunas miradas de por medio, el desarrollo de la sesión se sumergió en tres horas, donde se aprobó el presupuesto municipal 2006 (ver página 14). "Nadie quiere enchastrarse con las disputas entre estos dos. Ya suficiente nos pegaron en los medios durante estos días, y encima la ligamos de arriba", resumió un concejal que prefirió el anonimato.

El encontronazo se produjo originariamente ante la decisión de Peressotti de no avalar con su firma en la comisión de salud un proyecto de Boasso solicitando la creación de un banco de criopreservación de células madre en la órbita de la salud pública.

De acuerdo a la denuncia presentada por el radical, el edil justicialista prometió "cortarlo en pedacitos" y hacerle conocer "la 9 milímetros". Las actuaciones ya obran en poder del juez Horacio Benvenutto.


El lunes, cara a cara
El concejal Peressotti afirmó que el lunes concurrirá a la comisión de Salud, donde se verá nuevamente cara a cara con Boasso. Si bien prefirió dar por concluida la discusión mediática en torno al bochornoso episodio, aprovechó para adelantar tres proyectos que presentará ante el cuerpo.

"Uno está referido a la implementación del sistema Braille (para procurar su lectura por parte de no videntes) en los medicamentos, otro para que los efectores de salud cuenten con grupos electrógenos y un tercero propone que en las clínicas céntricas haya libre estacionamiento en las entradas a las guardias", indicó.

"De ahora en más voy a hablar exclusivamente de mi trabajo, para eso la gente me paga. Nunca pensé en renunciar", reafirmó el farmacéutico.

Así, y con la mediación de Zamarini y el silencio corporativo del resto de los concejales, el affaire Peressotti-Boasso estuvo lejos ayer de escribir un nuevo capítulo.

La historia seguirá mañana en las dependencias de Seguridad Personal, donde los testigos deberán declarar qué fue lo que en realidad ocurrió en la escandalosa sesión de la comisión de Salud.
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El silencio de los ediles. El affaire Peressotti-Boasso pasó ayer inadvertido en la sesión y ningún concejal se refirió al tema.

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