Panorama en el Congreso

El caso Patti pone en vilo a Diputados

La radical Alicia Tate respalda el ingreso. Por eso la quieren echar de la comisión que investiga la tragedia del 2001

Rodolfo Montes / La Capital

Diputados seguirá por otra semana en el foco del interés público. Con María del Carmen Alarcón fuera del oficialismo, ahora viene otro capítulo, el de Luis Abelardo Patti fuera de la Cámara.

Pero en esta partida, el oficialismo, con el ARI y el socialismo, la tendrá más complicada. El ex policía resistirá hasta el final, apoyado por todo el arco de centroderecha y por algunos aliados sorpresivos, como un sector del bloque radical. La sesión del martes 23 será tensa, con varios amigos del ex intendente de Escobar que ya están enrareciendo la atmósfera del Palacio. La destitución deberá aprobarse con los dos tercios de los votos de los diputados presentes.

La posición de la UCR (que emitió en la comisión un dictamen de minoría contra la destitución de Luis Patti), motivó durísimas disputas internas. Y fraccionamientos varios. La santafesina Alicia Tate se apoya en los argumentos del ex ministro de Justicia de la Nación Ricardo Gil Lavedra, quien opina que es inconstitucional impedirle a Patti que ingrese a la Cámara. Aunque también se dejó ganar por la necesidad y urgencia política de distanciarse de cualquier iniciativa que venga desde el oficialismo.

El radicalismo vive un momento oscuro, de dispersión creciente. Ya nadie contiene a nadie y cada uno hace lo que mejor le parece. Muchos encaran desembozadamente hacia una alianza con Néstor Kirchner, y otros, como el sector de Tate, se esmeran por diferenciarse hasta el límite de lo incomprensible. ¿No era la UCR el partido de la democracia y los derechos humanos? Si Patti hasta justificó la tortura y muchos testimonios de ex detenidos aseguran que participó de la represión ilegal, ¿existen argumentos jurídicos contra esa evidencia?. "Estoy en un momento tremendo, no es cómodo quedar del lado de Patti, pero estoy convencida: si habilitamos el no ingreso de Patti a la Cámara, mañana impedirán el ingreso de cualquier otro diputado3, le dijo la esposa del Luis Changui Cáceres a La Capital.


Polémica en Santa Fe
Esta posición del radicalismo santafesino enojó a sus aliados socialistas, que andan mascullando bronca con el asunto. Y también a los organismos de derechos fumanos de Santa Fe, integrantes de la comisión investigadora de los hechos de diciembre de 2001. Un miembro relevante de ese organismo confirmó a este diario que le van a pedir la renuncia a Tate. "No puede votar aceptando a Patti y después sentarse con nosotros en la comisión investigadora, es lo uno o lo otra", sentenció.

Por lo demás, en Diputados concluyó el capítulo de la pelea interna del Frente para la Victoria con el desplazamiento definitivo de la dama rebelde, María del Carmen Alarcón. La dimensión mediática, y también política, que alcanzó el episodio dejó en el aire del oficialismo una sensación parecida a la furia. La puja por el precio de la carne, se sabe, no es menor. Pero, con antelación a los hechos, a nadie se le ocurrió imaginar que el asunto terminaría en la tapa de los diarios.

Al cabo, se trataba de bajar al llano -desde una escala intermedia de poder- a una diputada. Apenas una diputada entre 257.

Pero la disputa lució asimétrica, con una mujer en abrumadora inferioridad, y dejó en bandeja una narración atractiva para la lógica de los medios y de las audiencias. Por eso dominó la semana política. Aunque, y corriéndose al personaje Alarcón, la brutal asimetría aparente poco tenga que ver con la verdadera relación de fuerzas entre los sectores en pugna. No siempre todo es lo que parece.

La narración de la semana incluyó hasta al mismo presidente, que con un gesto imposible de no ver, recibió al senador Carlos Reutemann en la Casa Rosada para mostrarlo despojado de cualquier vínculo que pudiera conservar con la diputada rebelde. Todo casi en el mismo momento que Alarcón era desplazada en Diputados. Lo que para Santa Fe era un dato confirmado (Lole ya le había soltado la mano a su ex aliada), para el país no. Se imponía una ratificación contundente (ver Panorama Político).

Durante 10 minutos, después de la entrevista en el despacho presidencial, Reutemann habló y enterró a Alarcón, negó cualquier posibilidad de candidatura propia en Santa Fe, y evitó mayores definiciones políticas. Todo ante los periodistas acreditados de Casa Rosada, sobre la vereda de Balcarce 24, momentos antes de subirse a su auto allí estacionado. Por supuesto, tampoco faltó el toque enigmático del insondable Lole: "¿Estará en el acto del 25 de mayo?", le preguntaron. "Si me invitan, vengo...", contestó.