Adiós al sueño

Newell's no pudo con Vélez y se fue de la Copa

Mauricio Tallone / La Capital

El fútbol suele hacer lugar a las utopías, pero casi siempre vive de realidades. Al final, la Copa Libertadores le soltó la mano a Newell's. Es cierto, no lo hizo de manera estrepitosa, pero igual se murió ese sueño que consumió horas de desvelo en los hinchas, jugadores, cuerpo técnico y directivos, y que era el combustible con que funcionaba este equipo. Ya poco importa la manera en que quedó eliminado, el recuerdo de las oportunidades desperdiciadas por Peralta, Steinert y Belluschi cuando la clasificación todavía era posible. Ahora tampoco sirve caerle con todo a la floja actuación de Daniel Giménez, que le regaló un penal a Vélez y no le cobró uno a Newell's. Es que todo eso no hace más que profundizar la desilusión.

Fue merecida la eliminación rojinegra. Sobre todo porque Vélez dejó en claro ser mejor equipo a lo largo de los dos partidos y se ganó con justicia el pasaje a cuartos. Igual, esta despedida no se gestó exclusivamente con el empate de anoche. Al contrario, fue la lógica consecuencia de la derrota sufrida hace una semana en el Coloso.

No se confió Vélez con la importante ventaja de la ida. Salió a imponer su juego y a marcar presencia, pero sin enloquecerse. En ese sentido, el conjunto de Russo demostró ser un equipo de 180 minutos, que siempre supo muy bien lo que quería y cómo conseguirlo. En cambio, Newell's hizo lo que pudo y sólo lo que exigía la situación. Por eso jugó al borde de la eliminación y al final no pudo torcerle el brazo al destino.

Todo el esmero de Newell's por acortar distancia se averió con una gran respuesta de Sessa ante un mano a mano frente a Peralta luego de una mala entrega de Somoza. Si esa jugada terminaba en gol, el trámite cambiaba porque hubiera caído como plomo sobre la tranquilidad de Vélez. Lo mismo hubiera pasado si Giménez veía el penal doble en la misma jugada a favor de Newell's (ver página 3). Fueron dos jugadas determinantes pero que ya son letra muerta a la luz de los hechos.

En el complemento, es probable que Vélez haya incurrido en un exceso de confianza, que se haya creído que ya estaba todo definido con la victoria en el Coloso. Entonces se durmió la defensa en ese tiro libre de Ortega que derivó en la media vuelta goleadora de Scocco. Newell's amagó con encontrar la llave para ir por más pero Husain le pateó en contra. El Turco se hizo expulsar tontamente y con uno menos el equipo perdió capacidad de atropellada.

Para colmo llegó el regalo de Giménez al cobrar un inexistente penal de Ré a Castromán que Somoza no desaprovechó. La ilusión quedaba hecha añicos en la misma medida que Vélez se estiraba en cada contragolpe con flancos defensivos para explotar. La heroica obligó a Pumpido a buscar soluciones en el banco con los ingresos de Colace (por lesión de Zapata) o Rodas. El abatimiento era tan grande que no hubo ni tiempo para aprovechar la anécdota del rebote que recogió el volante central porque Ocampo sobre el final empató con una corajeada.

Newell's se despidió de la Libertadores ante un gran rival. Mostró hambre de gloria pero no le alcanzó. En verdad fue el epílogo anunciado para un plantel que soñó con levantar la Copa pero la realidad le dio un cachetazo a sus ilusiones.

Scocco ya dio la media vuelta y somete a Sessa.