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 domingo, 23 de abril de 2006  
Cirugía de nariz: rostro armonioso

Se denomina rinoplastia a la cirugía de nariz que puede ser reconstructiva o estética, siendo esta última la que más interés despierta en los pacientes porque modifica la forma de una nariz gibosa, ancha, disarmónica en sí misma o con el resto del rostro.

Aunque es una de las intervenciones más demandadas, existe la idea de que se trata de una cirugía sencilla. A veces los pacientes manifiestan que quieren "bajar la giba raspando el huesito". Nada más lejos de la realidad, por el contrario, resulta una de las prácticas más complejas que enfrentan los plásticos. Se dice que es compleja por la composición de la estructura nasal sobre todo por la piel que la envuelve: la de la punta o tercio inferior es gruesa, seborreica (la que más cuesta dominar), y en este punto se centra la atención en el control post operatorio. Por el contrario la piel del medio es fina, seca y a veces suele transparentar algún relieve o filo de los huesos o el tabique seccionado durante la cirugía.

Fue en manos de un cirujano alemán en 1914 que se modificó en cuanto a técnicas y refinamientos. En el proceso se diferencian dos etapas: la que se llama de "resecado" o "quitado" en la que sólo se saca lo que está demás según el criterio del médico y/o el paciente, pero en este caso la piel al acomodarse y apoyarse en la nueva estructura muchas veces no encuentra el soporte necesario. En una etapa posterior, luego de extraer los huesitos y cartílagos se colocan elementos para formar un basamento adecuado donde se acomode la piel, de manera que el aspecto posterior sea natural y duradero (la mayoría de la veces esos elementos son trozos de cartílagos sobrantes o extraídos).

Al operar una nariz debe primar un estudio estético integral del rostro. Por ejemplo, ante la presencia de un mentón chico, se lo debe aumentar en la medida y forma necesaria para lograr un perfil equilibrado y armonioso. Otras veces, menos frecuente pero importante, es la falta de pómulos que se soluciona aumentándolos y modelándolos con diversas técnicas logrando un agradable conjunto con la nariz y el mentón. Esta cirugía no debe considerarse estándar, merece una observación especial estudiando también los rasgos faciales ya que no se puede hacer una intervención aislada, sino dentro del marco del rostro para conseguir una armonía total. Operar una nariz requiere experiencia y sentido estético para lograr el resultado deseado.

Juan Enrique Abad

Cirujano plástico
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