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 sábado, 15 de abril de 2006  
Calculado atraco de una banda de pistoleros en un galpón de Fisherton industrial.
Insólito golpe comando a recolectora de residuos: se robaron 3 camiones
Inmovilizaron a 9 empleados. Se llevaron un volcador, un compactador y un vehículo para llevar contenedores

Ariel Etcheverry / La Capital

Un grupo de delincuentes irrumpió ayer a la madrugada en el galpón de la empresa 9 de Julio, ubicado casi en el límite entre los barrios Larrea y Fisherton, y dio un golpe formidable. Tras controlar a nueve empleados, incluido un vigilador privado, la banda se apoderó de algunas pertenencias de las víctimas y finalmente huyó con tres camiones, uno de los cuales es un compactador de residuos. La policía ayer no tenía pistas que la lleven hacia los autores del espectacular atraco como tampoco había novedades sobre el destino que tuvieron los pesados vehículos, aunque es probable que hayan ido a parar a un taller para desguace.

"Tranquilos muchachos que la cosa no es con ustedes. Es contra la empresa". El vozarrón del asaltante cuarentón retumbó en el inmenso galpón de French y Estados Unidos, unos 200 metros al sur del cruce de Circunvalación y Juan José Paso. Nueve empleados de la firma, más el vigilador privado, permanecían en el piso, boca abajo, mientras la banda tomaba el control de las instalaciones. Comenzó a las 0.20 de ayer. A esa hora no llovía, pero el intenso aguacero que cayó en las horas anteriores habían transformado a las callecitas lindantes con el predio en un lodazal.

En ese momento estaban en el lugar Juan Moreno, el encargado, y José Colomé, empleado de una empresa de seguridad privada. Los delincuentes no tuvieron mucha dificultad para ingresar. Dos lo hicieron armas en manos y a cara descubierta, por el portón que da sobre calle French, de grandes dimensiones y por donde entran y salen habitualmente los camiones. La empresa posee otro ingreso para el personal por Estados Unidos, que por la noche está inhabilitada. "Aprovecharon el horario en que regresan los vehículos", contó Moreno mientras aguardaba turno para declarar en la seccional 17ª, que interviene en el caso por razones de jurisdicción.

"Me apretaron a mí y al vigilante. Nos llevaron a la oficinita, nos tiraron al piso y nos ataron las manos con una soga", rememoró Moreno, quien lleva más de 20 años trabajando en la empresa. Todo ocurrió demasiado rápido como para retener detalles físicos. Juan recordó que uno de los asaltantes tendría unos 37 ó 40 años, de pelo algo canoso. Al otro ni siquiera lo pudo ver. Minutos después, según contaron testigos, escucharon que uno de los recién llegados se comunicaba por teléfono celular con otros integrantes del grupo.

No se sabía ayer cuantos integrantes tenía la banda. Se presumía que al menos serían entre tres y cinco. Acto seguido, los hampones se dedicaron a esperar la llegada del resto de flota que cumplía con la recolección de residuos por distintos sectores de la ciudad. A esa hora de la noche sólo faltaban dos camiones.

A medida que las unidades comenzaban a llegar al galpón sus ocupantes, es decir el chofer y los dos corredores, eran abordados por uno de los maleantes que para despistar a los recién llegados se había colocado la campera azul del vigilador. Leonardo García, Víctor Avendaño y Fabián Ravetto, quienes acompañaban a su jefe en el mismo trámite en la 17ª, confesaron que al principio se trataba de una broma. "Nos dijo que fuéramos para la oficinita, que si no nos iba a liquidar ahí mismo. Yo pensé que el tipo era nuevo y que me hacía un chiste, incluso cuando me mostró el arma. Me estás jodiendo..., le dije. Pero nos dimos cuenta que la cosa era en serio cuando vimos a los otros recostados en el piso", coincidieron los muchachos.

Si bien a varias horas del incidente, el ánimo entre los compañeros de trabajo era bueno e incluso se gastaban algunas bromas entre ellos en la guardia de la 17ª, uno de los más jóvenes admitió a La Capital que se asustó tanto que se orinó encima. La secuencia del atracó continuó con los nueve trabajadores inmovilizados y con la banda despojándolos de sus escasas pertenencias. Después les ordenaron que no se movieran porque de lo contrario regresarían y les pondrían un plomo a cada uno.

Luego, y aprovechando que cada vehículo de la empresa queda guardado con las llaves puestas, abordaron tres camiones Mercedes Benz. Uno tipo volcador, otro compactador de residuos y otro que era utilizado habitualmente para el traslado de contenedores. Según fuentes policiales, dos de los vehículos tenían identificación de la empresa y hasta ayer ninguno había aparecido.
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Trabajadores del galpón de Estados Unidos y French, víctimas de los ladrones. Dos de ellos fueron atados con sogas y amenazados.

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