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 domingo, 23 de octubre de 2005  
El turismo rural entrerriano
La apertura del enlace vial Rosario-Victoria acortó distancias y posicionó a los visitantes santafesinos como los principales consumidores de este mercado

Lizi Domínguez / La Capital

El turismo rural es uno de los productos turísticos no convencionales más importantes que ofrece Entre Ríos. Estancias cargadas de historia, diseminadas por toda la provincia, ofrecen al turista una estadía a plena naturaleza y descanso o diversión y adrenalina, de acuerdo a los gustos de los visitantes.

La ciudad de Victoria y el resto de Entre Ríos poseen en general una ventaja estratégica en materia de turismo rural por su cercanía con la provincia de Buenos Aires, cuyos turistas son considerados los principales consumidores de este mercado, a los que se sumaron y superaron en cantidad los visitantes santafesinos, gracias a la apertura del enlace vial Rosario-Victoria en mayo de 2003.

De esta manera, Entre Ríos se halla entre dos polos de turistas, lo cual constituye una perspectiva favorable para el emprendimiento. Es así como en los últimos meses proliferaron los estancieros que resignaron su intimidad para poner sus campos a disposición del turismo como una actividad económica complementaria al resto de sus quehaceres agropecuarios.

Además de las granjas educativas para alumnos de nivel inicial y primario, dentro de este rubro se encuentran dos categorías: el denominado agroturismo -menos común en la provincia y en el resto del país- y el turismo de estancia.

"El turista que opta por el agroturismo se vuelve partícipe al visitante de las actividades productivas y habituales del campo: carneadas, yerras, tareas de ordeñe, fabricación de dulce de leche y otras comidas típicas, arreo y enlace de animales, entre otras. De esta manera se suma a las actividades propias del proceso productivo del campo y por ende •se ensucia más'. Generalmente el dueño del establecimiento reside en la ciudad y los huéspedes son atendidos por el puestero, encargado o capataz", explicó el técnico superior en turismo y hotelería Adrián Buzzoletti.

El más difundido y aprovechado por los visitantes es el turismo de estancia, que se caracteriza por brindar un servicio más selecto en cascos -lujosos o más modestos- cargados de atractivos históricos, culturales y arquitectónicos. Por lo general, los anfitriones son los mismos dueños del campo por lo que los turistas se sienten atendidos "como en su casa".

El turismo de estancia -muy aprovechado por familias y extranjeros- destaca la gastronomía con platos tradicionales, finamente presentados, y en algunos casos incluye cotos de caza y pesca, además de actividades típicas como paseos en carro y cabalgatas.

"La ciudad de Victoria se ve más que favorecida por su cercanía con Rosario, ya que ofrece a los rosarinos y pobladores de la zona la posibilidad de pasar el día en los establecimientos, donde pueden hacerse un asado y montar a caballo. Por supuesto que la actividad se vuelve más interesante en verano, porque los turistas se refrescan en las piletas de natación o bien en algún arroyo cercano al casco, donde también pueden mojarrear", comentó Buzzoletti.

Si bien los costos de estadía en una estancia varían de acuerdo a la calidad de los servicios, actividades y el régimen de comidas, los costos oscilan entre los 50 y 140 pesos diarios por persona.


En progreso
Buzzoletti, que llegó a Entre Riós como expositor en un seminario organizado por la Subsecretaría de Turismo de la provincia y las direcciones de Turismo de Concepción del Uruguay y Victoria, "la voluntad de superación de los prestadores y su innata su vocación de servicio. Si bien la gente de campo tiene una mentalidad conservadora, cuando abren la tranquera, también abren el corazón. Por este motivo desean ofrecer mejores servicios y varios aprenden idiomas para entenderse con los turistas extranjeros, se instruyen en primeros auxilios y se perfeccionan en el manejo de comidas y dietas específicas para hipertensos, celíacos o vegetarianos", señaló el profesional.


Turistas importados
"Después de diciembre de 2001 y con el fin de la convertibilidad, el turismo rural se benefició ampliamente con visitantes de otros países, que ya no vienen solamente a cazar y pescar sino que buscan las marcas registradas de Argentina en el exterior: el gaucho, el mate, el caballo y todos los detalles de la cultura campestre", reflexionó Buzzoletti.

En ese sentido el turista extranjero "cuenta con una amplia y variada oferta turística porque no es lo mismo un campo de Entre Ríos que una estancia de Salta u otra de Catamarca, ya que en esas zonas varía el clima, la vestimenta típica, la tonada y las comidas. Esto constituye una gran ventaja para el turismo rural de nuestro país".

El capacitador comentó que por estos días "Argentina está llena de visitantes israelitas que recién terminaron de hacer el servicio militar y eligen este país para gastar el dinero que les remuneró su gobierno. También hay muchos europeos y en menor medida estadounidenses, en su mayoría jóvenes de 20 a 35 años que antes eran mochileros y ahora prefieren hacer turismo aventura en un campo".
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El turismo de estancia es elegido por extranjeros. Complementa con gastronomía típica y a veces con caza y pesca.

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