En recuerdo de Angeles y Antonella

Hace casi tres años que a dos adolescentes en el esplendor de sus vidas les fue arrebatada la existencia. Desde ese momento, como familiares, estamos inmersos en un pozo de desesperación. Si bien confiamos en la justicia divina, hoy más que nunca clamamos para que la justicia del hombre no quede impune como en tantas situaciones suele pasar. Estas niñas tenían sus sueños, inquietudes, planes y la vida por delante. Esta carta busca recordar el acontecimiento doloroso de aquel 23 de febrero de 2003 e iluminar a que todos aquellos a quienes se les ha arrebatado la vida de un ser querido no se queden con lágrimas y los brazos cruzados llorando en los rincones, sino que es necesario exigir que los que comandan el poder haciendo justicia sean los responsables de echar luz sobre estos hechos. Hoy, como dije antes, a casi tres años del fallecimiento de mi hija Angeles y mi sobrina Antonella a manos de un asesino al volante, tenemos que soportar que este individuo inescrupuloso y con muy poco aprecio por la vida humana esté en libertad. El señor juez así lo decidió el pasado 22 de junio a pesar de tener tres años de prisión efectiva y haber cumplido solamente ocho meses en la cárcel. ¿Alguién puede creer que se puede reinsertar un individuo de estas características nuevamente en la sociedad luego de 8 meses de haber cometido semejante desastre?

Familiares de Angeles Sasia

y de Antonella Pietrarelli

[email protected]