Año CXXXVIII Nº 48902
La Ciudad
Política
Economía
La Región
Información Gral
El Mundo
Opinión
Policiales
Cartas de lectores



suplementos
Ovación
Escenario
Educación


suplementos
ediciones anteriores
Turismo 09/10
Mujer 09/10
Economía 09/10
Señales 09/10
Educación 08/10

contacto

servicios
Institucional


 sábado, 15 de octubre de 2005  
Elección crucial. Los iraquíes votan hoy entre la esperanza, el desinterés y el miedo
Irak pone a prueba en un referendo su nueva Constitución
La aprobación del texto podría pacificar el país, pero también temen que avive viejos conflictos internos

Bagdad. - Las calles de la capital iraquí parecían desérticas ayer. Las masivas medidas de seguridad y el miedo a los ataques terroristas obligaron a la población a encerrarse en sus casas. Para ir hoy a votar sobre la futura Constitución, los iraquíes deben recorrer a pie el camino a uno de los 6.000 centros electorales, ya que durante todo el día se extendió una prohibición en el transporte en todo el país. El ambiente que impera vacila entre la esperanza y el desinterés.

La aprobación del referendo constitucional está considerada vital para pacificar el país y retirar la fuerzas estadounidenses que derrocaron a Saddam Hussein en marzo de 2003. Sin embargo, el polémico texto otorga a las provincias una enorme autonomía, que llega hasta el control de los recursos naturales como el petróleo y el agua. Por esta razón, muchos iraquíes temen que la Carta Magna, de aprobarse en su forma propuesta, avive todavía más los conflictos que existen en el país.

"Mientras no tengamos ninguna seguridad y mientras tenga que pagar 1.500 dólares al mes para el funcionamiento de mi generador, tenemos otras preocupaciones a parte de la Constitución", declaró un comerciante sunita de 27 años en Bagdad. La vendedora sunita Maha Hamsa, de 38 años, piensa diferente: "Yo votaré •sí' a la Constitución, porque espero que con ella se pueda construir después un gobierno nuevo y fuerte". Sahib Kemal, propietario de una tienda al este de Bagdad, no quiere saber nada del proyecto constitucional: "No lo he leído, no me interesa y tampoco pienso ir a votar".

Desde la caída del dictador sunita Saddam Hussein, tras la invasión militar estadounidense, son los shiítas y los kurdos los que determinan la política iraquí. Los sunitas, que representan alrededor del 20 por ciento de la población y que bajo la dictadura de Saddam, pero también bajo los régimenes anteriores, constituían la espina dorsal del ejército y del aparato administrativo, se sienten marginados. La resistencia armada contra la ocupación militar estadounidense de Irak es en gran parte una empresa sunita.

Aun así, se pretendía que los representantes de la comunidad sunita participaran en el proceso para dotar a Irak de una nueva Constitución. Sin embargo, esto ocurrió muy tarde, cuando los kurdos y los shiítas ya habían alcanzado acuerdos sobre los puntos esenciales de la Constitución, que satisfacen sus intereses en la mayor medida posible.

Según la Carta Magna, el Estado centralizado se debilitaría. Los shiítas y kurdos del norte habitan las zonas de las reservas petrolíferas. Sus provincias teóricamente podrían agruparse en nuevas regiones que gozarían de mayor autonomía para un aprovechamiento de las riquezas del suelo. Y los sunitas de las zonas pobres en recursos temen quedarse con las manos vacías.

"Esta Constitución va a dividir el país, va a convertir a Irak en un país débil y posiblemente conduzca a una guerra civil", advierte Saleh al Mutlak, quien encabezó las negociaciones por parte de los sunitas sobre el proyecto.

La pesadilla de una posible guerra civil por fronteras y regiones abruma a los iraquíes. Un sondeo realizado a principios de septiembre por la Organización de las Naciones Unidas reveló que a muchos de los iraquíes que votarán a favor del proyecto les parecen que algunas disposiciones constitucionales van demasiado lejos. El 43 por ciento de los encuestados rechazó "decididamente" que las provincias se unan para constituir nuevas regiones, otro 14 por ciento se declaró "en cierta medida" contrario a esta medida y sólo el 28 por ciento se pronunció a favor.

El referendo se dará por fracasado si, en al menos tres provincias, dos tercios de los electores votan en su contra. Los sunitas disponen claramente de esta mayoría en tres provincias. Sin embargo, en el último minuto se introdujo un cambio en el texto para atraer a una parte de los sunitas: después de las elecciones parlamentarias de diciembre todo podrá volver a ser negociado. A partir de este cambio, un partido sunita cambió de postura, y el frente del "no" a la Carta Magna comenzó a tambalearse.
enviar nota por e-mail
contacto
Búsqueda avanzada Archivo

Ampliar FotoFotos
Ampliar Foto
Las tropas estadounidenses reforzaron la seguridad aun en medio de los ataques.

Notas Relacionadas
Otro desafío para el golpeado gobierno de Bush

Violenta campaña de apagones y represalias


  La Capital Copyright 2003 | Todos los derechos reservados