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 sábado, 13 de agosto de 2005  
Crisis en Brasil. Un indignado presidente pide disculpas por la corrupción en el oficialista Partido de los Trabajadores
Lula no lograría la reelección si el llamado a las urnas fuera inmediato
A raíz del escandalo, sería derrotado en segunda vuelta por el alcalde de San Pablo, según encuestas

Brasilia. - Golpeado por un escándalo de irregularidades en su Partido de los Trabajadores (PT), el presidente Luiz Inacio Lula da Silva -quien ayer pidió disculpas- perdería ante el rival que derrotó en 2002, el alcalde de San Pablo, José Serra, si hubieran comicios inmediatos en Brasil, mostró una encuesta divulgada ayer. El sondeo, realizado por el Instituto Datafolha el miércoles, un día antes de agravarse la crisis política con declaraciones del publicista de la campaña de Lula, también mostró que la evaluación positiva del gobierno está en su peor nivel.

Si las elecciones de 2006 fueran inmediatas, en una primera vuelta Lula tendría un 30% de los votos, contra un 27% de Serra, del opositor Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), dentro del margen de error de dos puntos porcentuales. En una segunda vuelta, Serra alcanzaría el 48% de los votos, frente a un 39% de Lula, dijo la encuesta de Datafolha, realizada entre 2.551 personas en 127 municipios de todo el país.

La muestra reveló que la imagen del presidente empieza a verse salpicada por la ola de denuncias de corrupción lanzadas contra su partido. El 83% de los brasileños consultados opinó que existe corrupción en el gobierno, pero, al mismo tiempo, sólo un 29% consideró que el mandatario tiene "mucha responsabilidad" por las irregularidades y debe responder a un juicio político. La gran mayoría -el 63%- consideró que no hay motivos suficientes para abrir un juicio político al presidente, y el 73% se manifestó convencido de que Lula cumplirá su mandato hasta el final, en diciembre de 2006.


Mensaje esperado
Lula afirmó ayer que fue "traicionado" por su Partido de los Trabajadores y se manifestó indignado por las revelaciones sobre prácticas de corrupción por parte de la agrupación que fundó en 1980. En un discurso a la nación pronunciado durante la reunión de su nuevo gabinete, el mandatario pidió perdón al pueblo brasileño por las "prácticas inaceptables" de su partido, las que aseguró ignorar. "Yo me siento traicionado por prácticas inaceptables de las cuales nunca tuve conocimiento, indignado por revelaciones que aparecen cada día y conmocionan el país", afirmó. "No tengo ninguna vergüenza en decirle al pueblo brasileño que tenemos que pedirle disculpas. El PT tiene que pedir disculpas y el gobierno, donde se haya equivocado, tiene que pedir disculpas", agregó.

El presidente recordó que uno de sus objetivos al fundar el PT en 1980 fue "modernizar la práctica política y volver más limpia la disputa electoral" y que permanece "fiel a esos ideales". "Yo no cambié, y estoy seguro de que la misma indignación que siento es compartida por la gran mayoría de los que nos siguieron en esa trayectoria", enfatizó.

En su discurso, el mandatario aseguró que la policía federal coopera con el Congreso y está "investigando profundamente" las denuncias: "Seguiremos así hasta que todos los culpables sean identificados y entregados a la Justicia". "Soy conciente de la gravedad de la crisis política, que compromete a todo el sistema partidario brasileño", afirmó el mandatario, quien sin embargo exhortó al Congreso, a la oposición, a los empresarios y al pueblo a no permitir que las denuncias contaminen la economía. "El país no puede parar", advirtió Lula, quien destacó que, en sus 30 meses de gobierno, logró hacer que Brasil reanudara "el camino del progreso y de la justicia social".

Según el mandatario, Brasil tiene hoy la inflación más baja de los últimos cinco años, una producción industrial creciente, exportaciones por más de 110.000 millones de dólares anuales y ha creado más de tres millones de puestos de trabajo en el mercado formal, "12 veces más que el promedio de los años 1990". En el campo social, recordó que, hasta ahora, 7,5 millones de familias son beneficiadas por el programa Beca-Familia, que suministra aportes financieros a los más pobres.

Luego, dirigiéndose directamente a la cámara, Lula exhortó los brasileños a que "no pierdan las esperanzas". "Sé que están indignados, y yo seguramente estoy tan o más indignado que cualquier brasileño, pero haremos que Brasil siga caminando hacia el crecimiento, el aumento de la riqueza, y hacia la justicia social", enfatizó. Al mismo tiempo, exhortó el Congreso a aprobar en carácter de urgencia una reforma política para "corregir distorsiones de su sistema partidario electoral".

Este ha sido el primer discurso a la nación hecho por Lula tras el estallido de la crisis política desatada en junio, cuando el diputado derechista Roberto Jefferson -un ex aliado del gobierno- acusó el PT de pagar "mensualidades" a diputados aliados para lograr su apoyo en el Congreso.

Las investigaciones parlamentarias sobre las denuncias aún no lograron comprobar el pago de sobornos, pero el jueves alcanzaron un nuevo nivel, cuando el principal estratega de la campaña presidencial de Lula, el publicista Duda Mendonca, confirmó que el PT le pagó una deuda de casi cinco millones de dólares con fondos ilegales enviados desde el exterior.

Las revelaciones de Mendonca pusieron en duda la misma legalidad de la victoria electoral de Lula en los comicios presidenciales de 2002, y llevaron algunos legisladores opositores a admitir la posibilidad de abrir un juicio político contra el presidente.

Las acciones brasileñas y el real mantenían una caída cercana al 2%, luego de que Lula diera un esperado mensaje a la nación.

Mientras tanto, el presidente venezolano Hugo Chávez afirmó ayer que en Brasil existe un "ataque a mansalva" de la clase política "tradicional" de derecha contra Lula. "Siento que hay un empeño de la clase política tradicional, de la derecha brasileña, aunque estoy rozando situaciones internas... debo decir que de manera general es un ataque a mansalva contra el presidente de Brasil y eso tiene que venir de algún centro de planificación de aquí adentro del Brasil o, cuidado, si es de afuera de Brasil", dijo Chávez después de una cena con Lula en la residencia oficial la Granja do Torto, al norte de Brasilia.
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La imagen de Lula comienza a verse salpicada por las denuncias.

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