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 sábado, 13 de agosto de 2005  
Día del Niño. Los juegos clásicos ganan terreno entre los gustos de los pibes
Los chicos disparan la venta de juguetes
Las jugueterías estarán abiertas hoy todo el día y lo mismo harán mañana. Hay buenas expectativas

Las ventas por el Día del Niño marchan a pedido de chicos y de grandes. Máxime si entre estos últimos se ubica a los dueños de las jugueterías que no dudaron de calificar como "bueno" o "muy bueno" el movimiento comercial generado por la fecha. Tanto es así que la mayoría de los locales mantendrán sus puertas abiertas hoy hasta pasadas las 20. Y volverán a hacer lo mismo mañana. En materia de preferencias, los juguetes promocionados por televisión siguen haciendo punta, pero este año los clásicos comienzan a ganarles terreno. Por compra se gastan entre 25 y 30 pesos.

"La mayoría de la gente espera a último momento para hacer sus compras. Pero igualmente estamos vendiendo muy bien", sostuvo desde el mostrador de Gulliver, Matías Benzi. Lo mismo aseguraron desde La Osa Mayor. Y la encargada de Toyland fue contundente: "Las ventas vienen muy bien. Bárbaras", indicó.

Para el presidente de la Cámara del Juguete de Rosario, Francisco Benzi, las expectativas son grandes. "El movimiento es similar al del año pasado. Lo cual ya es bueno", señaló.

En los comercios, los precios son de lo más variados. Entre 2 y 5 pesos se pueden conseguir anteojos de plástico con forma de corazón, pequeños peluches o autitos de colección. En el otro extremo se ubican los autos para conducir con baterías (entre 900 y 1.200 pesos), los peloteros (entre 300 y 500 pesos) y los metegoles (entre 200 y 600 pesos).

Pero estos últimos quedan sólo para algunos chicos, ya que según estimaron desde la cámara, el gasto promedio por ticket ronda los 25 o 30 pesos.

Para atraer clientes, los comerciantes usaron distintas estrategias: en Gulliver se tentó a los padres ofreciendo una botella de champagne por cada 100 pesos de compra. Toyland, en cambio, apeló a la posibilidad de pagar con tarjeta de crédito en 12 cuotas sin interés.

Los negocios de indumentaria también buscaron seducir al bolsillo y acompañaron la fecha con liquidaciones de hasta el 50 por ciento. Y no les fue mal. "Es increíble lo que estamos vendiendo", sostuvo la encargada de Archie, Adriana Casais. "Es que las madres aprovechan el festejo para armar el guardarropas del próximo invierno", explicó.

En las librerías, la fecha tampoco pasó desapercibida. "No son pocos los chicos que piden libros", aseguró Silvina Ross, dueña de la librería que lleva su apellido.


La revancha de los clásicos
Más allá de este avance, los juguetes siguen siendo los preferidos. Sus papás lo saben y hasta reconocen que la mayoría de las veces pierden la pulseada. Es más, muchos ya ni consideran dar pelea. "No sólo piden juguetes, sino aclaran de qué marca, color y tamaño los prefieren", se quejan.

En esta pulseada, los juegos promocionados por televisión tradicionalmente salían favorecidos. Sin embargo, este año en las jugueterías empezó a repuntar el interés por los juguetes clásicos. Juegos de mesa, pistas de auto, ladrillitos para armar, muñecas y baterías de cocina comenzaron a recuperar su espacio.

"El año pasado era muy marcada la demanda de los productos que tenían publicidad televisiva. Ahora no está pasando lo mismo, se está vendiendo de todo", sostienen desde Gulliver.

Mirar a quienes están haciendo sus compras confirma esta impresión. Nadia tiene dos sobrinos, uno de 2 y otro de 6, y eligió un tanque para armar y un trencito. "Los juguetes de marca están muy caros, así que preferí estos", explicó.

El abuelo de Santiaguito (6 años), en cambio, respetó los pedidos de su nieto: un Electric Conection, remozada versión del clásico Cerebro Mágico, y un auto a pilas con luces y sonido. "Es una preciosura, sólo cuesta 18 pesos y mire qué calidad", dijo, mientras abría la caja, exponía el juguete y dejaba en claro quién iba a disfrutar más del regalo. "Sí, va a ser mi chiche", confesó.

Carina, mamá de Delfina de 5 años, también recibió una pormenorizada lista de compras que tampoco pudo seguir a rajatabla. "Sólo llevo algunas cosas", dijo, mientras desplegaba sobre el mostrador una soga para saltar, una pizarra mágica, dos cuentos para pintar y un juego encastrable para ensayar sumas y restas. Su hija, de parabienes.
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Los pibes no dudan a la hora de elegir sus preferidos.

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