El seleccionado M23 no puede levantar cabeza

Rosario sumó su segunda derrota ante Noreste

Tomás Bondino / Ovación

Dos jugados, dos perdidos. Ese es el palmarés del seleccionado de Rosario M23 en el primer Campeonato Argentino de la categoría. Ayer, en la cancha de Duendes, cayó ante Noreste por 28 a 23 (5-1) en un flojo partido, donde la lluvia fue determinante para que así sea y la diferencia pudo haber sido mayor.

El equipo local pudo imponerse sólo en dos momentos del desarrollo. En el comienzo y sobre el final del partido. Durante esos períodos tuvo la posesión de la pelota y jugó en el campo rival. Mientras que en el resto del trámite no tuvo el control de las acciones.

En el arranque fue avasallador. Se adueñó de la pelota, tuvo un claro dominio con los forwards y logró profundidad con los ataques. Fernando Albarracín apoyó en el ingoal y llegó un try penal pero automáticamente el equipo se desdibujó.

Y cuando se acercaba el pitazo final apareció por la necesidad de ir a buscar la victoria. Con más amor propio que con juego fue para adelante y cuando se bajaba la persina, Pablo Iguri pudo pasar y marcar su try para achicar la desventaja. Pero ya no quedaba más tiempo, la derrota de Rosario era inminente.

Hubo una marcada diferencia entre ambos equipos: el trabajo defensivo. Mientras que el tackle del local fue flojo y pudo haber sufrido algún try más porque fue encontrado en varias oportunidades mal parado, Noreste supo mantener el orden y frenó con claridad los avances rosarinos.

Los ataques de Rosario, con pocas ideas y sin un hombre que ponga el equipo adelante, fueron contrarrestados con cierta facilidad. La receta: una defensa sólida y bien parada.

El equipo local exhibió el mismo rendimiento de la semana pasada en la derrota ante Tucumán. Mostró algo de su juego -sólo en cuentagotas-, lateralizó demasiado la pelota sin obtener profundidad y no contó con una defensa sólida. Todos requisitos básicos e indispensables para ganar un partido de campeonato argentino.