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 lunes, 13 de diciembre de 2004  
La fiesta colosal

Gustavo Conti / La Capital

Como no podía ser de otra manera, la gran fiesta del pueblo rojinegro culminaba en las primeras horas de hoy en el parque Independencia. Después de los interminables festejos en el césped de la cancha de Independiente, de un viaje en el micro de la alegría para recorrer los 300 kilómetros que separan Buenos Aires de Rosario, el plantel de Newell's iba a recibir en la madrugada de hoy el mayor de los tributos en su propia casa. Una verdadera multitud esperó muchas horas en el Coloso para homenajear a quienes les habían ofrendado nada menos que un campeonato. Ahí sí la rueda se cerraba y el éxtasis alcanzaba su mayor plenitud.

El Coloso empezó a poblarse prácticamente desde que finalizó el choque en Avellaneda. Pocos minutos después del partido ya las puertas se abrieron y fue el lugar elegido por los hinchas para seguir festejando luego que el epicentro principal fuera el Monumento.

Eso sí, debieron esperar bastante el arribo del plantel, pero bien valía la pena ya que un título no es cosa de todos los días. Entre los que se quedaron en Rosario y los que volvían de Buenos Aires de celebrar en Avellaneda y el Obelisco porteño se fue armando una verdadera multitud que en ningún momento dejó de cantar por ese sueño hecho realidad.

No faltaron algunas notas fuera de lugar, como la agresión sufrida por el fotógrafo del diario El Ciudadano y La Nación, José García, quien a horas tempranas recibió algunos golpes y hasta le dañaron su equipo. Como tampoco el entretenimiento de tratar de acertarle a algunos de los muchos policías que habían en el campo de juego con botellas de agua cargadas, a quienes finalmente hicieron huir del césped propiciando una invasión de simpatizantes, que al cierre de esta edición, y con el micro que transportaba el plantel aún lejos de Rosario, hacían dudar de que realmente pudieran dar la vuelta olímpica.

El clima festivo se prolongó hasta altas horas y los colores rojinegros coparon la escenografía. No dejó de llamar la atención dos hinchas con la camiseta de Arsenal, como dejando bien en claro el agradecimiento al equipo que le dio una gran ayuda, impensada por cierto, para coronar el torneo Apertura. Claro que, más allá de eso, el mérito mayor fue de los muchachos del Tolo, que se aprestaban a recibir la mejor de las ofrendas en proporción a lo mucho que dieron.
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