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 lunes, 13 de diciembre de 2004  
El Rojo enterró la sospecha
Los jugadores dieron por tierra con las versiones de arreglos y ganaron bien

En la semana previa a este encuentro se habló mucho más de las sospechas y de las suspicacias que de fútbol. Como en cada final de torneo. Una costumbre arraigada, casi como un mal endémico, que envuelve al fútbol argentino. Pero ayer, en Avellaneda, con su actitud los jugadores se encargaron de enterrar todas las dudas y las sospechas y pusieron en salvaguardo su dignidad, honestidad y hombría por sobre cualquier situación. Los jugadores del Rojo, al fin los más castigados en este contexto de definición, dieron por tierra con las versiones y derrotaron la malicia, las miserias y la vergüenza que suele enlodar y salpicar al fútbol argentino. Tuvieron la hombría y la espalda suficiente para bancar la presión de los hinchas (de los barras especialmente), que mucho antes de comenzar el partido les reclamaban abiertamente que "Vélez no sale campeón, sale Newell's, sale Newell's, si señor..." . O como cuando se estaba muriendo el primer tiempo y se imponía con absoluta justicia, y desde la popular local empezó a bajar el grito hiriente y amenazante: "Ganale a River, la pu.. que lo pa...".

La dignidad para seguir yendo al frente, pese a imaginar que en algunos pasajes del primer tiempo y cuando se dieron cuenta de las ventajas que daba Newell's en el fondo, en cada ataque parecía que tenían un compromiso en sus pies más que una chance. O algunas oportunidades desperdiciadas que generaron ese halo de incertidumbre.

Y la honestidad para saber que con su triunfo podían estar cambiando la historia de un campeonato, si es que Vélez pasaba a ganar su partido. Pero, por suerte, porque resulta difícil no imaginar una reacción fuera de lugar en ese caso, la situación no varió. Y los dos se fueron envueltos en felicidad. La gente del rojo (no los barras), por la actitud de sus jugadores (quienes recibieron premio doble por este triunfo). Los de Newell's, por más allá del impensado traspié, por la realidad de ambos, porque festejaron hasta el éxtasis un título legítimo y merecido. Al fin, Newell's perdió el día que ganó la dignidad en el fútbol. La misma que la faltó a varios de los equipos de primera división de nuestro fútbol.
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Independiente mostró su dignidad.

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