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 sábado, 11 de septiembre de 2004

Primavera seca y verano con pronósticos de Niño
En el corto plazo, las regiones de distintos puntos del país que sufren déficit hídrico seguirán penando

La perspectiva para los próximos días indica una fuerte oscilación térmica y lluvias escasas. Durante el fin de semana predominarán vientos del sur y sudeste, que traerán tiempo nublado, frío y húmedo, pero con pocas lluvias.

El sur y centro de la provincia de Buenos Aires observarán una importante entrada de aire marítimo con baja temperatura, proveniente del sud/sudeste. Podrían darse heladas localizadas, pero es difícil que las mismas se generalicen debido a la abundante humedad del suelo y el aire y a la velocidad del viento que acompañará el proceso.

Las costas del Río de la Plata registrarán vientos de este/sudeste, que provocarán tiempo frío y húmedo con abundante nubosidad, pero no causarán lluvias significativas.

Sólo el extremo nordeste del país podría recibir algunas precipitaciones debido a la presencia de un importante núcleo de tormentas que se ubicará sobre el sur de Brasil, mientras que las temperaturas se mantendrán ligeramente bajo lo normal.

A partir del lunes, los vientos comenzarán a rotar al norte y nordeste, causando un incremento de la temperatura y una reducción de la nubosidad, pero sin provocar precipitaciones significativas.

Este proceso continuará negando alivio a las zonas que requieren urgentes aportes hídricos, como son los casos del noroeste argentino, el oeste y centro de la región chaqueña y el norte de la región pampeana, aunque las bajas temperaturas mitigarán un tanto el consumo de humedad.


El Niño se aproxima
Los pronósticos de los principales centros van coincidiendo en que, a partir de enero, comenzarán a darse condiciones de tipo El Niño moderado. Seis de los once principales centros internacionales señalan el inicio de un evento de este tipo.

Es significativo que el Australian Bureau of Meterology (Servicio Meteorológico Australiano) ha comenzado a admitir extraoficialmente esta posibilidad. Australia es un país donde El Niño provoca graves efectos, por lo que las autoridades locales sólo dan este tipo de anuncios cuando poseen verdadera certeza sobre su ocurrencia.

Para la zona núcleo maicera-sojera, este pronóstico implica que los cultivos estivales recibirán lluvias abundantes en febrero y marzo, durante el período crítico de formación del rendimiento. Este hecho reviste gran importancia, porque las mermas de producción de maíz y soja que afectaron a la campaña 2003/2004 se debieron en gran medida a la falla de las lluvias en esos meses.

Sin embargo, la transición desde el actual estado de mini La Niña, con lluvias irregulares, hacia el estado de El Niño, que se anuncia para el verano, promete causar una buena dosis de riesgo. Si la primavera continúa exhibiendo una marcha irregular de su régimen hídrico, para cuando lleguen las lluvias de verano, ya se habrán producido daños serios.

Por otro lado, las precipitaciones que provocará El Niño a partir de febrero, entrañarán ciertos peligros. En primer lugar, proveerán condiciones favorables para el ataque de enfermedades. Cabe recordar que en la campaña pasada los rindes del girasol subieron gracias a la buena sanidad provista por el tiempo seco. Asimismo, debe tenerse en cuenta que la sequía que afectó al este de Bolivia, Paraguay, norte de Argentina y sur de Brasil, impidió que se produjera un ataque generalizado de roya de la soja. En segundo lugar, si bien los anegamientos que hasta mediados de 2003 afectaban a la cuenca del Río Salado del Norte se redujeron notablemente gracias a la sequía que vino posteriormente, debe tenerse en cuenta que el subsuelo continúa almacenando grandes volúmenes de agua. Por esta causa, lluvias abundantes en febrero y marzo podrían realimentar rápidamente ambas cuencas y, si en abril se producen tormentas localizadas severas, podrían volver a darse impactos por anegamientos que, si los fenómenos son muy intensos, podrían convertirse en inundaciones.

Eduardo M. Sierra (Convenio Fauba/Climagro)

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