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 domingo, 20 de junio de 2004

García Hamilton: "Es patológico tanto apego"

"Todos los seres humanos establecemos con nuestros semejantes relaciones libidinales de afecto, afinidad, compañerismo. Los países aparecieron como comunidades de integración. Y en Hispanoamérica, donde las naciones se armaron artificialmente (un rosarino tiene más en común con un montevideano que con un humahuaqueño, y este quizás sea más afín a un habitante de Potosí) se buscó integrar mediante la educación patriótica.

"Si bien todos los países hacen un culto a su bandera, los argentinos hemos puesto un acento muy fuerte en este símbolo. Y esto se hace más evidente en situaciones de humillación, decepción y desencanto nacional, en los que se estrechan lazos que nos unen a los connacionales.

"Pero este apego a lo nacional y sus símbolos tiene su contracara. Nuestro proceso independentista buscaba dos grandes objetivos: una sociedad más igualitaria y una integración al mundo comercial rompiendo el monopolio mercantil de la colonia. Ninguno de estos objetivos se logró en un principio. Al contrario de Francia o Inglaterra, que se hicieron grandes -entre otras cosas- por romper barreras jurisdiccionales, la independencia nos aisló y aparecieron las aduanas interprovinciales que no se integraron sino hasta el 1853.

"Y hoy, en una etapa de la humanidad en la que Europa busca uniones supranacionales para desarrollarse, poner un excesivo acento en lo nacional, en apego al patriotismo y sus símbolos, tiene algo de enfermizo, de patológico. Algo que limita, genera restricciones a las relaciones con otros sectores.

"Quizás pueda entenderse como razonable que Rosario ponga más énfasis en la celebración del Día de la Bandera porque el símbolo se creó allí, así como Tucumán pone más acento en el Día de la Independencia. Pero esto de que tengamos la bandera más grande del mundo oscila entre lo patológico y lo ridículo. El excesivo apego a la bandera genera xenofobia, bronca al extranjero, rechazo al diferente. El excesivo patriotismo es la madre de las guerras, y la bandera su estandarte.

"Quizás sea bueno reflexionar sobre el concepto de patria relacionada con los valores. Yo veo la patria como el lugar donde hay tolerancia, pluralismo, paz. No es patriota el que se calza la bandera, sino el que trabaja y es tolerante con los demás. El italiano que no sabía cantar el Himno pero que se deslomaba trabajando en Rosario fue, creo, el verdadero hacedor de esta patria".

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