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 sábado, 19 de junio de 2004

Efemérides
Un 19 de junio...

Guillermo Zinni / La Capital

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Nace el eminente filósofo y matemático Blaise Pascal
Blaise Pascal fue uno de los más eminentes físicos y matemáticos de su tiempo. Diseñó y construyó la primera máquina automática de calcular -el primer pequeño paso hacia la computadora digital electrónica de nuestros días- y desarrolló la teoría de las probabilidades. Perteneciente a una familia noble de Auvernia, nació en Clermont-Ferrand el 19 de junio de 1623. Su padre, Esteban Pascal, fue presidente de la Administración de Hacienda en Montferrand, y su abuelo había sido tesorero de Francia. Cuando Blas tenía cuatro años falleció su madre, y su padre se mudó a París con él y otras dos hijas. Allí, bajo la tutela de su progenitor, Blas desarrolló su talento en física y matemática, mostrando su genio muy tempranamente: a los 11 años escribió un trabajo sobre la cesación de los sonidos cuando el objeto que vibra es tocado; a los 12 descubrió un error en la geometría de René Descartes; a los 13 fue aceptado en la sociedad de la Libre Academia; a los 16 formuló uno de los teoremas básicos de la geometría proyectiva conocido como el Teorema de Pascal y que describió en su obra "Tratado de las secciones cónicas"; a los 25 probó que el nivel de la columna de mercurio en un barómetro es determinado por el aumento o la disminución de la presión atmosférica y a los 30 dejó aturdida a toda Europa con un modelo perfecto de un calculador mecánico similar a las máquinas de calcular que todavía se usaban pocas décadas atrás y que se llamó "la pascalina". A pesar de las grandes cantidades de dinero que invirtió en la fabricación del calculador su venta fue un fracaso. Por entonces era más barato emplear a un hombre en esa tarea y, además, se consideró que el uso de esa máquina atentaba contra los empleos de los tenedores de libros y de otros oficinistas. Así, este invento le costó ser tratado con gran desprecio por mucha gente que tanto envidió su ingenio como temió el resultado del mismo. Por esto mismo terminó dedicando sus últimos nueve años de vida a Dios. En 1654 entró en la comunidad jansenística de Port Royal, donde tuvo una vida rigurosamente ascética. Escribió sobre temas espirituales y nunca más retornó a las matemáticas. Falleció el 19 de agosto de 1662, a los 39 años de edad, de una hemorragia cerebral. Las últimas palabras que el gran matemático pronunció fueron: "Dios, nunca me abandones".

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