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 miércoles, 28 de abril de 2004

La lucha contra el arsénico

Uno de los problemas más graves que pueden acarrear los acuíferos subterráneos es la presencia de minerales como arsénico, flúor o nitratos, nocivos a largo plazo. Entre ellos, el arsénico es el más preocupante en vastos sectores de la provincia. El gerente de Control de Calidad del Enress, Helio Vázquez, aseguró que en lo que queda del año este problema estaría resuelto, al menos en forma provisoria, en las casi 65 localidades -casi todas del sur y oeste- en las que se registró.

El funcionario explicó que la ley provincial establece dos valores para el arsénico en el agua: 100 microgramos por litro son tolerables y 50 son los recomendables, aunque con el tiempo es obligatorio fijar la calidad en este último. Desde 1998 el Enress obliga a los proveedores -en su mayoría cooperativas- a cumplir progresivamente con esos parámetros. "Los proveedores cuentan con restricciones económicas y hacen lo posible para mejorar la calidad. Pero el tema es complejo, porque lograr los parámetros requiere inversiones que muchas veces se deben trasladar a las tarifas y no siempre es posible", explicó. La realidad de cada pueblo, finalmente, determinará la calidad de la provisión.

A partir de 1998 el Enress comenzó a emitir resoluciones estableciendo plazos para mejorar las prestaciones con nuevas perforaciones, estudios de fuentes o tratamientos de potabilización. Estos consisten en plantas que trabajan por coagulación-floculación o por ósmosis inversa.

"Los proveedores están obligados a entregar dos litros diarios por habitante de agua potabilizada. Quien no cuenta con los recursos para instalar una planta puede comprar agua envasada o traerla en cisternas. El objetivo final es que en algún momento todos cuenten con instalaciones para distribuir agua potable por red", sostuvo Vázquez.

El logro de este objetivo implica la combinación de los recursos de cada comunidad, la presión que ejerzan sobre el prestador, la revisión tarifaria que se pueda implementar, entre otras cosas. En su mayoría, el costo de la potabilización no alcanza para luego enviarla por red y los usuarios deben ir a retirar el agua tratada en bidones.

Vázquez estimó que hay casi 230.000 habitantes en las localidades con problemas de arsénico, de los cuales 180.000 ya pueden acceder a agua potable, aunque no todos en sus hogares. Y quedan unas 15 poblaciones que deberían empezar a recibirla antes de fin de año.

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