Un pasito más

A dos fechas del final, Argentino derrotó a Dock Sud y recuperó la punta

Elbio Evangeliste / La Capital

El Clausura entró en su recta final. Falta tan poquito (apenas dos fechas) que cualquier error puede resultar fatal. Y en medio de todo está la imperiosa necesidad de ganar. Casi nada. Por eso cada vez que se suma de a tres se festeja con gran fervor. Así se haya ganado con baile o con un gol sobre la hora cuando no se merecía. 3 a 2 sobre Dock Sud y a cobrar. El sufrimiento se irá digiriendo con el correr de las horas. Ayer, ni bien terminó el partido ningún hincha de Argentino -volvió a ser el único líder- se acordó de que la alegría había sido posible por un grosero error del arquero Pablo Lorenzo. Tampoco que se logró jugando varios minutos con el cuchillo entre los dientes.

Sería un error pensar que Argentino ganó sólo por esa jugada, por un golpe de suerte. Lo hizo porque siempre pensó en el arco de enfrente, en tratar de imponer las ganas de jugar ante las excesivas mañas de un Dock Sud que complicó no sólo por la gran experiencia de varios de sus jugadores, sino también por la permisividad del árbitro Emir Michelón, quien debió mandar a las duchas a varios futbolistas del Doque. Igualmente el albo se las ingenió para festejar.

El cabezazo que Martínez mandó a la red a los 32' otorgó la cuota de tranquilidad necesaria. Fortalecida porque el descanso llegó con ventaja para los salaítos, aunque lo posterior sería totalmente distinto. Porque el terrible zurdazo que Gauna clavó en el ángulo a los 7' del complemento cambió el partido.

El empate ya no era visto con buenos ojos por Argentino y por eso la obligación del resultado volvió a aflorar, justo en el momento en que Vázquez tuvo su único minuto de inspiración. El gran goleador rescató el pelotazo largo de Bassani, se metió al área y sacó un derechazo a media altura al primer palo para el delirio de todos en el Olaeta.

Ahí sí a los pibes de Marini les faltó un mayor oficio para manejar la situación, algo que sí mostraron los auriazules. Pero no fue sólo hablarle al árbitro y seguir rascando, también hubo un mayor volumen de juego, siempre comandado por Gauna. Así llegó el empate, luego de que Boldassini transportara demasiado la pelota y se metiera al área para dejar solo a Piersanti, quien sólo tuvo que empujarla.

Argentino acusó el golpe y si hasta pareció nublársele la vista. El intento de quebrar al Doque abusando del pelotazo fue un fiel reflejo. Hasta que llegó el blooper de la tarde, cuando las manos de manteca de Lorenzo permitieron que el tiro libre de Chacón terminara en la red.

El orgullo de Dock Sud y el quedo salaíto hicieron que los fantasmas volvieran a aparecer, pero un par de tapadas de Andrada, un cierre a tiempo de Sciretta y un rechazo de Faría sobre la línea fueron esenciales para una resolución satisfactoria de otro encuentro chivo.

Faltan apenas dos partidos y será vital seguir ganando. Ayer se logró bajo los parámetros del sufrimiento. Pero a nadie le importó. Todos coincidieron en que se trató de un pasito más en pos del título.

Los jugadores salaítos se abrazan y festejan el sufrido triunfo frente a Dock Sud.