Año CXXXVII Nº 48219
La Ciudad
Política
Economía
El Mundo
Información Gral
La Región
Opinión
Policiales
Cartas de lectores


suplementos
Ovación
Salud
Autos
Escenario


suplementos
ediciones anteriores
Turismo 23/11
Mujer 23/11
Economía 23/11
Señales 23/11
Educación 22/11
Campo 22/11


contacto

servicios

Institucional

 miércoles, 26 de noviembre de 2003

Aterrizó en emergencia, el avión se quemó y el piloto se fue
La máquina volaba de Pueblo Esther a Firmat cuando tuvo un desperfecto. Los dos ocupantes resultaron ilesos

Norberto Puntonet / La Capital

Acebal. - Los ocupantes de un avión Pipper protagonizaron ayer un llamativo episodio al aterrizar de emergencia en un campo, jurisdicción de esta localidad, y abandonar el lugar luego de que el aparato se prendió fuego. Lo curioso del hecho no es el accidente en sí, sino la actitud de los ocupantes de la nave que luego de descender ilesos de la máquina, ya en llamas, caminaron unos 200 metros hasta la ruta 14 y desaparecieron sin dejar rastros.

El accidente ocurrió poco después de las 9.30 a la altura del kilómetro 30,5 de la ruta 14, a unos 35 kilómetros al sudoeste de Rosario y a 10 del casco urbano de Acebal, cuando el avión biplaza Pipper Colt, modelo 1962, matrícula LVIAX, se dirigía de Pueblo Esther hacia Firmat.

El avión volaba sobre un campo sembrado con soja, propiedad de Omar Frazzi, cuando el piloto advirtió un desperfecto en el motor, que comenzó a humear y decidió aterrizar.


¿Donde está el piloto?
Un testigo que estaba trabajando en el campo, contó a la policía que vio a una sola persona salir del avión, dirigirse a la ruta y desaparecer. El sargento de la comisaría de Acebal, Marcelo Angelini, contó que el testigo afirma que el piloto "caminaba para la ruta y se daba vueltas cada tanto para mirar cómo se quemaba el avión".

"Cuando llegamos al lugar el avión ya había sido consumido por las llamas. El testigo, Nazareno Rumitelli, nos relató lo que vio y no sabemos nada más.

En el lugar del accidente, el titular de la comisaría, Juan Coronel, dejó a personal policial custodiando la nave siniestrada y evitar que los curiosos y la prensa se acercaran al lugar del accidente. "Lo lamento, no puede pasar nadie", repetía sin cesar un sargento de apellido Balet, bajo un sol abrazador.

Posteriormente se pudo reconstruir la historia. Así, se estableció que el avión pertenece al Aeroclub de Firmat y que era conducido por su presidente, Antonio Tenaglia, de 69 años, quien era acompañado por Néstor Galante, de 65. Este último contó a La Capital que se fueron del lugar porque no había nada que hacer. "No es lindo quedarse a mirar cómo se te quema un avión. Se hizo lo que se aconseja en estos casos: "Buscar un campo y tratar de aterrizar", señaló.

"Cuando vimos el humo en pleno vuelo, decidimos aterrizar, recorrimos unos 700 metros hasta que nos detuvimos. Cuando abrí la puerta y me bajé aparecieron las llamas y no hubo tiempo ni para buscar el matafuegos", contó Galante.

"Afortunadamente podemos contarlo -añadió-. Caminamos unos pasos y las llamas ganaron el tanque de combustible, lo que provocó una pequeña explosión. Nos fuimos a la ruta y empezaron a parar algunos autos. Un muchacho de Bigand nos llevó en una combi hasta el pueblo y después nos vinieron a buscar de Firmat".

Galante dijo que desde Firmat se comunicaron con el taller de Pueblo Esther donde habían estado controlando el aparato y acordaron que desde esa localidad informarían a la Fuerza Aérea sobre el hecho. "Tenaglia se fue a cosechar al campo y yo me fui a mi casa. No sé por qué inventan historias. Acá sólo hubo un aterrizaje de emergencia y gracias a Dios podemos contarlo", reflexionó el copiloto.

enviar nota por e-mail

contacto
buscador

Ampliar FotoFotos
Ampliar Foto
La máquina quedó totalmente destruida.

  La Capital Copyright 2003 | Todos los derechos reservados