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 miércoles, 26 de noviembre de 2003

"Hace dos días que mis viejos no duermen y no paran de llorar"
La conmoción de la familia de un joven cadete asesinado
Lo dice el hermano del empleado ejecutado de siete balazos el sábado, en barrio Carlos Casado

"Mis viejos están destruidos, hace dos días que no duermen y no paran de llorar. Ahora están empastillados y todos en casa están tratando de descansar". Manuel, uno de los hermanos menores de Damián Céspedes, el cadete asesinado a balazos por un ladrón, describe de esa forma la pesadilla que afronta su familia desde el sábado a la tarde. Entre el agobio de tanto dolor, el juez de menores Jorge Cartelle solicitó una serie de medidas para establecer el grado de responsabilidad que pudo tener un adolescente de 17 años detenido como autor material del crimen y la policía aún no pudo dar con sus cómplices.

El chico fue detenido la misma tarde en que ocurrió el alevoso crimen a pocas cuadras del lugar. Según voceros policiales, en ese momento estaba solo, por eso los investigadores continúan con la búsqueda de sus presuntos secuaces. Las fuentes consultadas coincidieron en señalar que el muchacho fue sindicado por varios testigos como el que asaltó al cadete en la confluencia de las calles Gaboto, Londres y Carlos Casado con el fin del robarle la motocicleta.

Damián, de 24 años, trabajaba como cadete de Marketing Farm y el sábado pasado había llevado un pedido hasta esa zona. Ya había iniciado el viaje de retorno cuando al parecer decidió detenerse para ordenar algunos papeles que llevaba en la riñonera. Así fue que se cruzó, según contaron los testigos, con un grupo de muchachos que se desplazaban en un carro con ruedas de auto y tirado por un caballo.

"En principio lo encararon para robarle la moto. Según los testigos, este pibe bajó del carro empuñando aparentemente un revólver calibre 32. Primero le sacó algo de dinero, unos lentes y una mochila que contenía un discman. Pero la víctima se resistió y eso desató la bronca del ladrón que le efectuó seis disparos con el saldo trágico que conocemos", narró uno de los investigadores.

El Comando Radioeléctrico detuvo a unas cuadras de allí al principal sospechoso, un muchacho de 17 años que tiene varios antecedentes penales. El presunto homicida fue apuntado por testigos que presenciaron la secuencia. Se trata de un chico que vive a pocas cuadras del lugar del hecho y que al momento de ser detenido se desplazaba a pie, pero no tenía ningún revólver en su poder. Ahora la policía intenta ubicar a quienes lo acompañaban arriba del carro y, de ser posible, al arma homicida.

El estado de conmoción en la familia Céspedes se percibía de un solo vistazo a la fachada de la vivienda donde hasta el sábado vivió Damián. La casa parecía deshabitada, con las persianas completamente bajas y sin que nadie atendiera la puerta. Manuel fue el único que salió luego de que La Capital llamara dos veces. "Mi viejos no pararon de llorar en dos días, no pueden parar de darse manija. Ahora los tuve que empastillar para que pudieran dormir", dijo a modo de disculpas, antes de despedirse y cerrar la puerta.

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El lugar donde cayó muerto Damián.

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