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 miércoles, 26 de noviembre de 2003

Bush sale airoso de la reforma al sistema de salud para la tercera edad
El plan beneficiará a 40 millones de personas con ayudas para medicinas. Críticas de los demócratas

Washington. — Fue una de las más duras batallas parlamentarias en años. Pero finalmente el presidente estadounidense, George W. Bush, y su Partido Republicano emergieron victoriosos ante la tenaz resistencia de los demócratas: en una decisión histórica, el Congreso de EEUU aprobó ayer un plan que introduce profundas reformas al sistema de asistencia médica para los ancianos y discapacitados, conocido como Medicare, a pesar de las quejas de que sólo beneficiará a las grandes compañías aseguradoras y de servicios médicos a costa de los usuarios.

La reforma, que será aplicada en su totalidad en 2006, permitirá a los asegurados obtener un reintegro parcial del valor de los medicamentos en el marco del sistema público de Medicare u optar por un sistema privado de seguros fuertemente subvencionado.

El proyecto fue aprobado ayer en el Senado con una votación de 54-44, luego de tres días de intensos debates y dos intentos de los demócratas para bloquearlo. El Medicare, instaurado hace 35 años, actualmente beneficia a más de 40 millones de estadounidenses discapacitados o de más de 65 años. La iniciativa ya había sido aprobada el sábado por la Cámara de Representantes y ahora se convertirá en ley una vez que lo firme el presidente.

El paquete, un plan de 10 años que costará 400.000 millones de dólares, fue criticado por la oposición demócrata como inadecuado, pero su aprobación fue vista como un triunfo de política doméstica que Bush buscará aprovechar en su campaña de reelección en 2004. El presidente estadounidense había convertido a esta reforma en uno de los grandes ejes de su política para intentar seducir al electorado de la tercera edad que en su mayoría vota por los demócratas.

Remedios costosos

Muchos ancianos deben pagar sus propios costosos remedios, ya que el programa de asistencia estatal Medicare no cubría hasta ahora los gastos de medicamentos. En su alocución radial semanal, Bush reveló el sábado los costos para un jubilado medio con un plan de Medicare. Citó que un pensionado con artritis, colesterol alto o jaqueca insume remedios por 250 dólares mensuales o 3.000 dólares anuales. En el futuro, el anciano podrá adquirir un seguro adicional por 35 dólares mensuales y así reducirá sus costos a la mitad. Hasta ahora, la protección básica que proporciona Medicare sólo garantiza las visitas médicas y estancias en el hospital, y cuesta unos 60 dólares al mes.

Los demócratas intentaron hasta último momento cambiar la ley. Pero fracasaron luego de que la influyente Asociación Americana de Personas Retiradas (AARP, por sus siglas en inglés) se pusiera del lado de los republicanos.

El beneficio de los medicamentos, que será implementado mediante aseguradoras privadas con subsidios del gobierno, entrará en vigencia en 2006, después de las elecciones. Pero algunos demócratas pronosticaron que los ancianos se rebelarán, cuando descubran que el paquete de medicamentos es insignificante y el nuevo sistema demasiado complejo.

Nueve republicanos se opusieron por el alto costo del paquete, en momentos en que el presupuesto federal tiene un fuerte déficit. Pero 11 demócratas moderados y un independiente se unieron a la mayoría del Partido Republicano de Bush para respaldar el proyecto, con el argumento de que era un buen primer paso para dar a los ancianos asistencia en el pago de los medicamentos.

Quienes respaldan la iniciativa, aunque reconocen sus limitaciones, dicen que es un primer paso de algo que los políticos han prometido durante mucho tiempo. Dicen que la competencia de libre mercado y el papel extendido de los planes privados de salud en el sistema conocido como Medicare, lo hará más eficiente.

Sustanciosas subvenciones

Los opositores a la reforma consideran que ésta supone vender el programa estatal, ya que las aseguradoras privadas recibirán dinero del Estado para aceptar a clientes de la tercera edad. Los empleadores, que suelen negociar de manera individual con las aseguradoras privadas para sus empleados, recibirán sustanciosas subvenciones para seguir asegurando a antiguos trabajadores.

Pero los críticos temen que especialmente las personas de la tercera edad con costos por enfermedad altos puedan ser rechazadas por las aseguradoras debido a la nueva regulación sobre medicamentos. Las aseguradoras privadas probablemente sólo ofrecerán protección a los jubilados y ancianos sanos, mientras que el sistema estatal deberá financiar los casos más caros, consideran.

Los demócratas además han criticado dos párrafos de la ley, que ocupa más de 1.000 páginas. Se trata de los puntos donde se prohíbe a Medicare negociar tarifas más bajas para medicamentos. A juicio de los críticos, esto ha sido impuesto por la industria farmacéutica, que mantiene estrechas relaciones con los republicanos, para asegurarse sus beneficios. Según el Washington Post, varios de los donantes en la próxima campaña de Bush del sector farmacéutico y de seguros podrán beneficiarse con esta nueva medida. De acuerdo con el reporte, más de 20 donantes que ya reunieron para la próxima candidatura de Bush entre 100.000 y 200.000 dólares se verán directamente favorecidos por la nueva ley. (Reuters, AFP y DPA)

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Bush llega a Nevada.

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