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 sábado, 06 de septiembre de 2003

Crear puentes para lograr la autonomía

Cuando estaba cursando sus estudios secundarios pensaba "paciencia con los chicos no tengo", pero a pesar de haber estudiado arquitectura y también magisterio, fue en el aula donde surgió su vocación. Así relata su experiencia Elena Zatloukal, quien actualmente se desempeña como directora de EGB 1 y 2 en el Colegio San Bartolomé de Rosario.

Para ella, la vocación es un llamado interno para desarrollar condiciones y capacidades, que sólo sirve si se acompaña con formación constante, no sólo a nivel de metodologías sino en lo que va pasando en la vida de los chicos.

"Se puede trabajar en el contexto que a uno le toca o elige y si no se está de acuerdo con el lugar donde trabaja debemos buscar otros", indicó Elena, quien resaltó que el hecho de trabajar en un colegio con mejores condiciones socioeconómicas no implica que no existan problemas. "Todas las instituciones tienen dificultades. Unas pueden tener los medios y los recursos pero si el docente no está interesado, no sirve", remarcó.

Desde su concepción, educar tiene que ver con formar competencias, a diferencia de cuando fueron formadas, que tenía que ver sólo con trasmitir conocimientos. "Coincido con el informe de Jacques Delors de la Unesco, que proponía formar para aprender a aprender, aprender a hacer, a ser y a convivir", explica la directora, y agrega: "Que sean buenas personas es uno de los principales objetivos, eso abre puertas; aunque también se necesita una formación académica, además del aprendizaje emocional".

Como sus otras colegas, la mayor gratificación es cuando, después de los años, los alumnos la saludan por la calle o como le sucedió a ella, una de sus viejas alumnas se convirtió con los años en la madrina de uno de sus hijos.

"A mí me gusta hablar de la metáfora del puente. En cada año escolar, el docente se convierte en el arquitecto -el que sueña- o ingeniero -quien hace los cálculos- porque piensa en cómo va a acompañar a sus alumnos. Cada uno tiene sus recursos, aunque educar es ayudar. Empiezan juntos, al tiempo, algunos van adelante, otros se sueltan en el medio y otros tienen que ir de la mano hasta el final. Lo ideal es lograr la independencia".

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