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 sábado, 30 de agosto de 2003

Tres procesados por maniobras con un crédito
Un escribano, su hijo abogado y un prestamista están acusados de intentar apoderarse de un campo

Un escribano de la localidad de Bigand fue procesado por la jueza de Instrucción de Casilda, Silvia Nogueras, por fraguar la escritura de un campo para ponerlo a nombre de un prestamista que actuó en complicidad con él y con su hijo -que es abogado- y perjudicó con la maniobra a una productora agropecuaria. El procesamiento contra los tres imputados fue apelado y ahora el expediente judicial está en la Cámara Penal de Rosario.

La medida involucra al escribano Marcelino Julio Rasello, de 67 años; al abogado Benjamín René Rasello, de 32, y a Marcelo Luis Casaccia, de 37. Este último también fue procesado por separado en otra causa, porque vendió una cosecha de soja que él mismo había hecho embargar a la víctima de estas maniobras.

La víctima es una mujer de Bigand que necesitaba dinero y pidió a Casaccia un préstamo de 43 mil pesos. La mujer se vinculó con el prestamista por recomendación de los Rasello, que la asesoraban en prácticamente todos sus asuntos y gozaban de su confianza.

Para recibir el dinero, la mujer cumplió dos requisitos exigidos por quienes urdieron la maniobra: hipotecó la mitad de un campo de 9 hectáreas, que estaba a su nombre, y cedió los derechos hereditarios sobre otras 9 hectáreas que habían pertenecido a su madre, ya fallecida. Según la denuncia, el escribano le dijo que esta cesión sería una pantalla, y que al devolver el dinero harían figurar otra venta de esas 9 hectáreas, esta vez de Casaccia a ella.

Sin embargo, cuando llegó el momento de recuperar su campo, el prestamista le dijo que ya no era suyo y además le inició un juicio para ejecutar la hipoteca sobre las otras 9 hectáreas. Entonces la mujer comprendió que había caído en la trampa y denunció judicialmente al trío. Dijo literalmente que fue "engañada" por el escribano y su hijo, en quienes había depositado toda su confianza y que ahora asesoraban al prestamista.

Aunque la mujer denunció una estafa, Rasello terminó procesado por falsedad ideológica al comprobarse que la escritura del campo que transfirió a nombre de Casaccia se hizo en Bigand pero se asentó en la localidad de Sancti Spíritu. Luego también se supo que el escribano contaba con un registro como tal en esta última localidad, pero no esta habilitado para hacerlo en la localidad donde vive y opera junto con su hijo y el prestamista.

Al dictar los procesamientos, la jueza Nogueras entendió que el escribano Rasello es el autor del delito y que su hijo y el prestamista, a quien la víctima también denunció como usurero por los intereses que le cobró, son partícipes necesarios de la maniobra. Significa que sin ellos el delito no hubiera podido consumarse.

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