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 sábado, 30 de agosto de 2003

El más devastador atentado desde la caída del régimen de Saddam Hussein
Un coche bomba mató a un líder shiíta y otras 90 personas en Irak
La explosión ocurrió frente a la mezquita Imán Alí en Najaf (150 km al sur de Bagdad). Hay más de 200 heridos

Bagdad. - La explosión de un coche bomba mató ayer a más de 90 personas, entre ellas el prominente líder shiíta Mohammed Baqer al Hakim, en las afueras de la principal mezquita de la ciudad sagrada de Najaf (sur de Bagdad), en el atentado más letal en Irak desde que EEUU tomó el control del país. El atentado se produjo frente a la mezquita Imán Alí, uno de los lugares más sagrados para los shiítas, unos 150 kilómetros al sur de Bagdad. Más de 200 personas resultaron heridas.

Testigos dijeron que el líder shiíta murió al ser alcanzado por la explosión cuando salía de la mezquita, pero fuentes médicas dijeron que el cadáver no había sido identificado entre los que fueron llevados al hospital, donde había muchos cuerpos quemados y desfigurados. Según el último balance provisional, la explosión, que se produjo justo después de la oración, causó 90 muertos y más de 200 heridos. Los hospitales en Najaf indican que la cifra fatal podría aumentar a más de cien. Los servicios de rescate seguían trabajando con escasos medios en la entrada sur de la mezquita.

En el sermón pronunciado justo antes de la explosión, el ayatolá Hakim había acusado a los partidarios de Saddam Hussein de los ataques contra las tropas estadounidenses. Tras el atentado, la gente congregada ante la mezquita gritaba contra Saddam y el partido Baas, responsabilizándoles del ataque. El Pentágono dijo las fuerzas británico-estadounidenses no estaban presentes en Najaf debido a la orden de respetar los lugares santos de Irak.

Miles de personas enfurecidas se manifestaron en Bagdad y otras ciudades iraquíes, y llamaron a vengar la muerte de Baqer al Hakim, líder del Consejo Supremo de la Revolución Islámica de Irak (Sciri), uno de los grupos shiítas más importantes e influyentes en Irak, al igual que las de las otras víctimas. El gobierno provisional en Bagdad declaró tres días de luto. "Ahora tenemos una cifra preliminar de 90 muertos y más de 200 heridos", dijo el corresponsal del canal satelital Al-Alam, con sede en Teherán.

Los shiítas que se oponían al derrocado régimen constituyen el grupo religioso más importante de Irak, con más del 60% de la población del país de unos 24 millones de habitantes. Algunos fieles se negaron a permitir que soldados estadounidenses se acerquen a la escena y rechazaron su ofrecimiento para ayudar a rescatar víctimas de debajo de los escombros. El canal Al Yazira, con sede en Doha, informó que los manifestantes gritaban frases acusando de los estadounidenses, los israelíes y los seguidores del derrocado presidente Saddam Hussein y a Al Qaeda de tener responsabilidad en la masacre.


Bajo control español
La zona iraquí en la que se encuentra Najaf está controlada por la Brigada Plus Ultra (españoles y centroamericanos) y EEUU. El contingente español de la Brigada Plus Ultra asumió completamente el jueves el control de la seguridad en la provincia de Al Qadisiyah, donde se encuentra Najaf, relevando de esta misión a las unidades de marines que hasta este momento tenían dicha responsabilidad.

El administrador civil estadounidense de Irak, Paul Bremer, condenó en una declaración duramente el atentado y prometió la ayuda de las tropas aliadas para llevar a los responsables ante la Justicia. "El ataque en Najaf demuestra nuevamente que los enemigos del nuevo Irak no se detendrán ante nada. Una vez más, mataron a iraquíes inocentes. Una vez más, violaron uno de los lugares más sagrados del Islam. Una vez más, a través de su horrible acción, mostraron la cara malvada del terrorismo", afirmó.

La oficina del Sciri en Damasco también condenó el atentado por violar la santidad de la mezquita Imán Ali. Asimismo llamó a las organizaciones internacionales a proteger a los clérigos shiítas y los sitios sagrados islámicos, diciendo que las fuerzas de la coalición son responsables por las víctimas de la insuficiente seguridad.


La sombra de Al Qaeda
La BBC informó que ninguna organización se atribuyó el atentado, pero se especula que existía una lucha de poder dentro del establecimiento religioso y principal institución de enseñanza shiíta Hauza Ilmiya, en Najaf, y que había una controversia por el apoyo que la familia Al Hakim da a la administración estadounidense. Sin embargo, Ahmed Chalabi, miembro del consejo de Gobierno transitorio iraquí, negó que el atentado sea un asunto de shiítas y culpó del hecho a miembros de Al Qaeda y del ex presidente Saddam. "Fundamentalistas y partidarios de Al Qaeda trabajan juntos con lo que queda del régimen de Saddam para sembrar el caos en Irak", dijo.

En Najaf se han producido varios enfrentamientos entre seguidores de los principales líderes shiítas desde la caída de Saddam. El Sciri cuenta con un representante en el Consejo de Gobierno provisional de 25 miembros en Irak. El Sciri fue criticado varias veces por los demás grupos shiítas por colaborar con las fuerzas estadounidenses. Durante el gobierno de Saddam, el Sciri tenía su cuartel general en Teherán.

El ataque es el más reciente en una serie de incidentes sangrientos en Najaf. Muchos han sido dirigidos contra líderes religiosos shiítas, la rama del Islam a la que pertenece una amplia mayoría de iraquíes. El domingo pasado, tres personas murieron y diez resultaron heridas en un atentado con bomba contra el grupo shiíta en Najaf. Saijid Mohammed Said Hakim, un tío del fallecido ayatolá Hakim, resultó levemente herido, pero sus guardaespaldas murieron. Este ataque también se produjo cerca de la mezquita Imán Ali. El 10 de abril, un líder shiíta moderado, Abdul Majid Al Khoei, también fue asesinado en la mezquita del Imán Ali, supuestamente por sus opiniones favorables a las fuerzas de ocupación. Alrededor de dos tercios de los iraquíes son shiítas.

Líderes políticos de todo el mundo, y en especial de la comunidad shiíta, condenaron el atentado. La Casa Blanca repudió el ataque, a la vez que reiteró la decisión de la administración del presidente estadounidense, George W. Bush, de derrotar el terrorismo. (DPA, AFP y Reuters)

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El acto terrorista sembró pánico entre los fieles.

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