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 sábado, 30 de agosto de 2003

Una dimisión deja a Blair en la peor crisis de gobierno
La renuncia del principal asesor de comunicación del premier británico socava la credibilidad de la gestión

Londres. - El principal asesor de Tony Blair y audaz encargado de manejar las relaciones con los medios, Alastair Campbell, renunció ayer mientras el primer ministro británico confrontaba la peor crisis de credibilidad en sus seis años de gobierno. Se presumía que Campbell renunciaría este año, pero el momento escogido para su anuncio -cuando él y Blair están inmersos en una delicada audiencia para determinar si Gran Bretaña exageró los motivos para respaldar su participación en la guerra de Irak- tomó por sorpresa a los observadores políticos.

El jueves Blair se convirtió en el segundo jefe de gobierno británico que es llamado a testificar ante una audiencia judicial para responder las denuncias de que exageró los informes de inteligencia sobre Irak y por el pobre manejo de la situación tras la guerra, que llevó a un prominente científico a suicidarse. El primer jefe de gobierno en testificar fue el antecesor de Blair, John Major.

Campbell -también conocido como spin doctor- se vio envuelto en la gran polémica entre el gobierno y la radiotelevisión pública BBC, que le acusó basándose en declaraciones del doctor Kelly de haber "inflado" los informes sobre Irak para convencer a los británicos de la necesidad de participar en la guerra.

Alastair Campbell, de 46 años, llamado por algunos como "el verdadero viceprimer ministro", supo hacerse indispensable en Downing Street, de donde partirá dentro de unas semanas. Los periodistas políticos británicos no tenían palabras bastante duras para el "spin doctor" de Downing Street. Le llamaron manipulador y mentiroso, y le acusaron de recurrir a la intimidación personal y a todo tipo de presiones de cara a la prensa.

El director de información de la BBC, Richard Sambrook, denunció la avalancha de cartas que Campbell envió para criticar los reportajes difundidos durante y después de la guerra en Irak. Pero algunos aspectos del personaje también pueden suscitar compasión o simpatía, como la depresión nerviosa que sufrió cuando era periodista o su inclinación por la bebida en el pasado.

Además de haber practicado el atletismo, es un apasionado del fútbol, hincha del club de Burnley, en el norte de Inglaterra. Redactor y después jefe del servicio político del diario popular de izquierda Daily Mirror, Alastair Campbell empezó a trabajar en 1994 con Tony Blair, cuando éste asumió la dirección del Partido Laborista, hasta entonces en la oposición.

Primero fue portavoz oficial del primer ministro tras la aplastante victoria de los laboristas en 1997, y luego alcanzó la dirección de comunicación tras la triunfal reelección de Blair en junio de 2001, desde donde puso en marcha una enorme máquina de comunicar.

Y también de desinformar, según sus detractores, que afirman que algunos ministros se convirtieron en simples marionetas gracias a él. Robin Cook y Clare Short, que renunciaron a sus carteras este año, no se privaron de denunciar las decisiones tomadas sin consultarlas con Blair y que culminaron en la guerra de Irak.

En el punto de mira desde la muerte de David Kelly, quien fue sometido a una presión sin igual por haber hablado con la BBC, Campbell será la primera víctima política de este caso. El ex reportero, que abandonará Downing Street en otoño (boreal), sorprendió una vez más al anunciar su partida al mismo tiempo que la de Fiona Millar, la madre de sus tres hijos, quien hasta ahora era consejera de Cherie Blair, la mujer del premier. (AFP)

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El renunciante Alastair Campbell.

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