El interventor de la obra social ofrece una evaluación tras un mes de gestión

Martín Mansilla: "Los jubilados tienen mucha bronca porque el Pami ha sido un viva la pepa"

El funcionario dice que encontró padrones "inflados" y enfermeras castigadas en áreas administrativas

Laura Vilche / La Capital

Dice que firma por día "toneladas de expedientes", que trabaja unas doce horas sin parar y que las cosas marchan bien, pero que queda mucho por hacer. "Es que los jubilados tienen mucha bronca y con mucha razón, el Pami ha sido un viva la pepa", le aseguró ayer a La Capital el interventor de la Regional IX de la obra social de los jubilados, Martín Mansilla. Tras un mes y ocho días de gestión se anima a hacer un balance. Habló de los servicios que se han reactivado, las irregularidades con las que se encontró y las muchas cosas que aún no entiende: que haya enfermeras muy capaces castigadas en una oficina administrativa, padrones "inflados" o que dos personas que cumplían altos cargos en la obra social, y muy cuestionadas, hoy sean candidatos a diputado provincial y concejal, son sólo algunas.

-¿Qué servicios están hoy cortados en la obra social?

-No hay servicios cortados, sino limitados. Cuando comenzamos a trabajar se realizaban 49 operaciones intraoculares por mes. Ahora elevamos las operaciones mensuales a 190. Claro que aún no alcanzamos a una cifra suficiente, porque hay 2 mil afiliados en lista de espera.

-¿La entrega de pañales se ha normalizado?

-Aún no, recién el 15 de septiembre terminaremos el proceso de licitación y compra. Calculamos que a fines del mes próximo entregaremos 300 mil unidades a los 4.500 afiliados que los necesitan. Con esto cubrimos la demanda por tres meses, y esto no es algo menor si se tiene en cuenta que en los últimos dos años no hubo pañales, sólo se pagaban reintegros y tras 30 días de espera.

-Pami central tiene 6 mil audífonos para repartir en todo el país. ¿Cuántos llegarán a Rosario?

-Esos 6 mil están siendo revisados porque se encontraron abandonados y en mal estado en un depósito. Se recuperaron hasta ahora sólo 1.500 y ese paquete se prorrateará. También hacía dos años que no se entregaban audífonos. Y en cuanto a prótesis y medicamentos, su provisión se licitará a nivel central. Creo que en 60 días se completará esa acción.

-¿Se realizarán nuevas contrataciones?

-En un mes se van a anular los contratos con todos los prestadores médicos del país y la oferta será abierta, tanto para efectores privados como públicos. Cambiarán los resultados porque hoy por hoy tenemos mala atención, largas colas de espera y médicos mal pagos que cobran plus.

-¿Hay ambulancias suficientes?

-Los vehículos son escasos y tienen problemas mecánicos. Hay sólo seis para las urgencias de los policlínicos que atienden a 78.400 afiliados. Además, a todas estas acciones se suman otras dos: la limpieza de los padrones de los afiliados -ya que se estaban entregando beneficios en forma inadecuada- y la reestructuración del personal, porque esto era un viva la pepa. Se está refuncionalizando a alguna gente porque hubo personal en niveles de conducción, que fue desplazado y nunca se fue del Pami, se quedó dando vueltas sin hacer nada y ahora les estamos asignando tareas. Acá hubo mucho manoseo con el personal. Hay áreas vacías y otras superpobladas. Por ejemplo, enfermería, viejas supervisoras muy profesionales que entraron por concurso fueron castigadas en un área administrativa, hay cosas que no se entienden.

-¿Cómo son los servicios de los geriátricos?

-Trabajamos con 60 que albergan un promedio de 30 afiliados cada uno. Algunos deberían cerrarse, pero esto no es tan sencillo. Está demostrado que cuando se traslada repentinamente a un anciano de un geriátrico a otro aumenta un 40 por ciento su mortalidad. Es preferible que no se les deriven más afiliados y se les ordene cumplir con las normas.

-El ministro de Justicia, Gustavo Béliz, dijo que dos asesores legales suyos recibieron pintadas y amenazas. ¿Qué medidas se tomaron?

-No hicimos la denuncia policial y afortunadamente las amenazas no continuaron. Por ahora, estamos viviendo una tensa calma.

-Hay gente que opina que el Pami de Rosario es un hotel de 4 estrellas. ¿Usted qué cree?

-Que está muy lejos de serlo. Hay que hacer mucho todavía para alcanzar ese ránking. Aún hay mucha gente aquí que debe recuperar una mística que se perdió en todo el país: la del trabajo riguroso, responsable y profesional. A mí me da bronca cuando escucho hablar del Instituto, de la organización, y no de la gente, cuando nosotros debemos trabajar por el jubilado, nuestro objetivo es velar por personas. Lamentablemente, como dice (Juan) González Gaviola, los jubilados se transformaron en perjudicatarios, en un número.

Mansilla dice que firma toneladas de expedientes.