Maravilloso el paisaje, variadas sus razas. Inmenso y lleno de vida y alegría. Un viaje apasionante. Aspire profundo la pureza del aire de las sierras Gaúchas; disfrute sus playas de aguas mansas; sienta el sol permanente del nordeste; paladee la sabrosa comida bahiana; goce de un Río de Janeiro inigualable; distiéndase en la placentera villa de Buzios; entreténgase en la cosmopolita San Pablo o sienta la paz total de la selva amazónica. Sin contar, claro, con la emoción que despierta el Cristo ...
Recife, una de las playas más bellas del nordeste.