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miércoles,
28 de
noviembre de
2007 |
Método para adictos reduce el abandono de la terapia
El modelo Minnesota combina la interdisciplina con una reducida medicalización
Belén Travesaro / La Capital
La drogadicción muchas veces representa un callejón sin salida. Ejemplo de eso son las víctimas fatales registradas en los últimos meses en Rosario por inhalar pegamento. Una de las opciones de tratamiento, surgida en Estados Unidos y poco difundida en Argentina, es el modelo Minnesota, que consigue una adherencia de hasta un 50 por ciento por parte de los adictos. Así lo aseguró a La Capital el sociólogo y magister en adicciones Ignacio O’ Donnell, de Buenos Aires, quien pasó por la ciudad para exponer sobre el tema en el marco de unas jornadas organizadas por la carrera de psicología de la Universidad Abierta Interamericana (UAI). Entre otros recursos el modelo apela a los grupos de autoayuda y las psicoterapias cognitivo-conductuales.
O’ Donnell, sobrino del escritor Pacho O’Donnell, está en contacto con los serios daños que provoca el abuso de drogas por su labor en Casa Flores, de la Capital Federal, la primera institución del país dedicada al tratamiento del paco en adultos. Como coordinador general del lugar utiliza la terapia basada en el modelo Minnesota. “Trabajamos a casa llena y tenemos 50 personas en lista de espera”, cuenta el magister en adicciones. El modelo Minnesota fue creado en Estados Unidos en la década del 50 y concibe a la drogadicción como una enfermedad crónica y progresiva y no como la consecuencia de otras patologías.
El programa retoma la consigna de los 12 pasos de Alcohólicos Anónimos, que entre otros aspectos plantea admitir la impotencia ante el alcohol y la naturaleza de los defectos, hacer una lista de las personas a las que se ofendió y estar dispuesto a reparar el daño causado, además de buscar a través de la oración y la meditación mejorar el contacto con Dios. “Hacemos hincapié en la formación de valores como la dignidad y el respeto”, agregó O’Donnell.
Otra de las características del modelo es el abordaje interdisciplinario del que participan psicólogos, psiquiatras, trabajadores sociales, médicos, enfermeros y consejeros terapéuticos (adictos recuperados).
La terapia también se basa en lecturas, psicoterapias cognitivo-conductuales, grupos de autoayuda, una reducida medicalización e internaciones cortas. A través de estos recursos se busca la abstinencia completa, un cambio de estilo de vida y una adecuada socialización.
Poca difusión. El modelo Minnesota está poco difundido en el país aunque es bien conocido en Estados Unidos y Europa. Según O’Donnell esto es así porque en la Argentina hay una fuerte tendencia al psicoanálisis y muchas veces se oscila entre la medicalización y la psicoterapia.
El sociólogo porteño espera que el modelo gane reconocimiento en Argentina. “Muchos jóvenes no encuentran su rumbo en la vida. En esto influyen la desintegración de las familias y la sociedad consumista. El mensaje que se les da a los jóvenes es que es más importante tener que ser”.
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