Bellezas catalanas

Liliana Peysere

En ocasión de mi último viaje a Barcelona, junto a unos amigos hicimos una excursión, que de hecho no es de las que tradicionalmente enumeran en las agencias de viajes como alternativas para paseos de un día (o más) desde esta ciudad. Se trata de Vall de Núria, en los Pirineos (provincia de Gerona) un famoso centro de sky en invierno, pero que en primavera-verano es una hermosísima opción como paseo.

   Una excursión que con veinte euros, y saliendo de la estación de Sants, incluye pasaje de ida y vuelta en tren de Renfe hasta Ribes de Freser, el tren de cremallera desde Ribes de Freser hasta el Vall de Núria, con la posibilidad de descender en Queralbs y luego volver a subir, y el telesférico en el Vall de Núria. Salimos, para aprovechar muy bien el día, en el primer tren, a las 8 de la mañana ( conviene consultar los horarios, por la posibilidad de cambios según la temporada ), es un viaje de alrededor de 2 horas, hasta Ribes de Freser (912 mts. sobre el nivel del mar ).

   Con bellísimos paisajes en el trayecto, descendimos en la primera estación (donde se hace conexión con los trenes de la línea RENFE) , para hacer una caminata por la pequeña y pintoresca villa que se halla situada en la confluencia de tres ríos, los tres ríos del Valle: el Rigard, el Segadell y el Freser, diseñando un pueblo con forma de Y que, enclavado en el fondo del valle, está arropado y protegido por las altas montañas, otorgándole una fisonomía muy particular.

   Allí visitamos la plaza del ayuntamiento, el Castillo de Sant Pere ( S. XIII ), la iglesia de Santa Maria de Ribes, y en la plaza del Mercado, bajo la frescura de tupidos árboles, nos sentamos a saborear un café, para deleitarnos, con la decoración de los balconcitos decorados de flores que completan magníficamente el paisaje urbano de la villa.

Paseos por el valle

   Uno de los puntos más concurridos por habitantes o visitantes es el Passeig Angel Guimerà (inaugurado por el mismo dramaturgo el año 1920, el autor de Terra Baixa y padre literario de los Gegants de Ribes, por lo que no nos lo podíamos perder.

   De haber extendido la excursión, nos hubiéramos tomado el tiempo de recorrer alguna de las fuentes naturales que existen por los alrededores de la villa y que fluyen incansables. Hay más de 30 y han contribuido a dar a conocer el nombre de Ribes en todas partes: la del Faig, del Saüc, del Sofre, del Ferro, de Capdevila, la Margarideta, la Caterineta, la de la Teula, la de Bona Vista, la de Can Palatí... Son puntos a los que llegar después de un agradable paseo y quizás, quién sabe, de disfrutar de sus impagables propiedades terapéuticas.

   Luego continuamos hasta la estación Ribes-Vila , donde se asciende al tren cremallera, ( El Tren Cremallera de Vall de Núria es el único que existe en todo el estado español. Los trenes con carriles denticulados ?o cremallera? nacieron en Suiza. Subir por estas montañas simplemente con la adherencia tradicional de los ferrocarriles es imposible. Con el sistema de cremallera se puede conseguir superar desniveles de hasta el 48%. El de Núria salva pendientes del 15%. ) para continuar el ascenso.

Pueblo milenario

Del tren de cremallera, descendimos hacia el mediodía en Queralbs, un pequeño pueblo milenario, que es una postal enclavado a 1236 mts. sobre el nivel del mar y que cuenta con tan sólo 200 habitantes permanentes. Con calles empedradas y casas también de piedras con techos de lozas, que le dan al paisaje un conjunto paisajístico magnífico. Entre los lugares que visitamos están la iglesia parroquial de Sant Jaume de Queralbs que fue consagrada en el siglo X.

   Es un monumento románico importante, especialmente por su extraordinario nártex o pórtico meridional, que está ornado con columnas de mármol y bellos capiteles, atribuidos al Maestro Cabestany.

   La iglesia de Sant Sadurní de Fustanyà que aparece fechada a finales del siglo X. La perfección de las piedras talladas contrasta con la arquitectura rústica de la zona; debido a ello, y siempre según una antigua leyenda, habría sido edificada por las hadas y las brujas que vivían en cuevas cercanas. Así, debió ser el hombre a quien le correspondió construir el campanario que, por esa misma razón, es más imperfecto. En la entrada se destaca una importante puerta de hierro forjado.

   Los restos de lo que debió haber sido el Castillo se encuentran en la parte baja del pueblo. Su ubicación se debe, seguramente, porque fue utilizado básicamente como defensa del poblado. Situado en un promontorio estratégico, se supone que pertenece al siglo XIV o XV y debió presentar una forma triangular, con una torre en cada vértice. Cabe acotar que la zona fue declarada Reserva Nacional de Caza.

   Después de pasear y hacer un picnic en la montaña, continuamos viaje hacia el Valle de Núria (Vall de Núria, en catalán) a unos 13 kms. Este valle, a 2000 mts. de altura, es un valle pirenaico accesible por medio del ferrocarril de cremallera o bien siguiendo alguna de los caminos de montaña que llegan a Nuria, bordeando el río, y que es ideal para hacer senderismo.    En el valle se encuentra ubicado el Santuario de la Virgen de Nuria en el que se redactó en 1931 el primer estatuto de autonomía de Cataluña. El valle de Nuria cuenta con una estación de esquí, Vall de Núria con un total de piez pistas de esquí alpino. También un hotel (Husa Vall de Núria), un lago, un telesférico, juegos para chicos, una pequeña granja, cafeterías, restaurantes, entre otros.

   Paseamos, sacamos muchísimas fotos, para regresar con el último tren de regreso a Barcelona. Realmente fue un paseo maravilloso.

Vall de Núria, una estupenda escapada de Barcelona.