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domingo,
18 de
noviembre de
2007 |
Investigan dos crímenes con motivos poco claros
El joven asesinado a balazos el jueves último en la zona sur de Rosario fue identificado por la policía como Alberto Nicolás Ojeda, un adolescente de 16 años oriundo de Villa Gobernador Gálvez, la misma ciudad donde treinta minutos antes de que hallaran su cadáver apareció muerto, por balazos del mismo calibre, un hombre de 45 años que también residía allí.
En la investigación de los dos crímenes lo único que surge claro para los investigadores es la posible conexión entre ambos y por eso los investigan en forma unificada, aunque aún no hay precisiones sobre los motivos y el desarrollo de los hechos y se tienen tantas versiones como fuentes se consultan.
Bajo un puente. El cadáver de Ojeda apareció el jueves a las 19.15 en un descampado, a unos 50 metros del arroyo Saladillo y debajo de un puente de la avenida de Circunvalación. El chico, que vivía en jurisdicción de la seccional 26ª, tenía dos balazos: uno en la cabeza y otro en el abdomen.
En el expediente judicial del adolescente asesinado, según la policía, se cuentan: “un antecedente por robo de ganado mayor, dos tentativas de robo y aparentemente presentaba una captura por la fuga de un instituto requerida por el juzgado de Menores Nº 3”.
La zona donde el chico vivía, camino al cementerio de Villa Gobernador Gálvez, es cercana al sitio donde media hora antes del hallazgo de su cuerpo fue encontrado el cadáver de Alberto Monzón, de 45 años. Estaba tendido boca arriba, con un balazo en la cabeza y otro en el tórax. Tenía varios antecedentes, una acusación por homicidio y un pedido de captura.
La sospecha. Desde el principio la policía evaluó que los hechos estarían conectados. Al lado de los dos cuerpos se habrían encontrado vainas servidas calibre 11.25.
Eso, hasta ayer, no había sido precisado por los investigadores de Homicidios —el área que concentró la investigación—, quienes aguardaban el resultado de las autopsias para establecerlo. Varios oficiales consultados, sin embargo, coincidieron en que los hechos estarían ligados aunque aún no está claro por qué.
Un efectivo señaló que, según comentarios extraoficiales, las dos víctimas “habrían sido cómplices en varios delitos”. Otro, que podrían tener algún grado de parentesco y que sus muertes serían producto de un ajuste o venganza. Pero ningún dato era firme hasta ayer porque “hasta el momento nadie quiere colaborar o acercarse a prestar testimonio”, dijo un jefe policial.
El mismo oficial indicó que todo se habría originado en Villa G. Gálvez, de donde Ojeda habría escapado hasta ser alcanzado en Rosario.
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