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 domingo, 18 de noviembre de 2007  
Los venezolanos peregrinan en busca de alimentos básicos
La escasez ha incrementado el escepticismo en la política económica del gobierno de Chávez

Brian Ellsworth / Reuters

Caracas. — Al obrero de la construcción Gustavo Arteaga se le hace fácil encontrar trabajo en la próspera economía petrolera de Venezuela, pero una mañana reciente decidió sustituir la faena para dedicarse a una búsqueda más complicada: leche en polvo. Arteaga, de 37 años y con dos hijos, intenta conseguir desde hace un par de meses productos básicos como aceite para cocinar, carne y leche, pese a que programas sociales del presidente Hugo Chávez prometen surtir de provisiones a bajo costo a la mayoría pobre del país. “Aquí hay que hacer milagros para conseguir leche”, dice Artega, que estuvo dos horas en fila en las afueras de una tienda en el empobrecido vecindario de Los Eucaliptos. “No ves que estoy aquí para ver si llevo aunque sea uno o dos de esos potes de leche”, afirmó.

   Los consumidores venezolanos se enfrentan a crecientes períodos de escasez de productos básicos mientras la economía muestra signos de recalentamiento en medio de ganancias récord por los recursos petroleros.



Incredulidad. La escasez ha incrementado el escepticismo en la política económica de Chávez y ha dado un trasfondo político a la campaña electoral de este mes por un referendo para reformar la Constitución, que el mandatario asegura es necesario para llevar a Venezuela hacia el socialismo.

   Los comerciantes aseguran que los precios oficiales fijados a alimentos de primera necesidad son tan bajos, que desalientan la inversión y obligan a vender a pérdida. Por su parte, el gobierno dice que el problema se deriva de la creciente demanda proveniente de los pobres que se benefician de los programas sociales, exageraciones de los medios de comunicación y acaparamiento de comerciantes inescrupulosos.

   Las estanterías de los supermercados están surtidas de whisky y vinos importados, pero más del 25% de las provisiones de alimentos básicos ha escaseado este año, según la firma encuestadora y de investigación Datanálisis. La empresa asegura que los venezolanos pierden varias horas a la semana buscando comida. Mientras, los minoristas racionan sus provisiones, algunos incluso sellan las manos de los clientes para que no se pongan dos veces en la línea. Y pueden ganarse amigos con mensajes de texto alertando sobre tiendas que ponen leche en sus estantes.



Controles. Las comparaciones que hace la oposición con los anaqueles vacíos de Cuba, aún son bastante exageradas, pero hasta los venezolanos pobres que respaldan al mandatario se quejan de estar atrapados en largas filas o tener que visitar varios supermercados para surtir sus hogares. “Lo hemos advertido desde el principio: todas estas regulaciones y controles de precios a la larga lo que producen es desabastecimiento”, dijo Ismael Pérez, de la organización de industriales Conindustria. Pérez asegura que los comercios temen guardar inventarios dada una ley contra el acaparamiento, que se reflejó en la incautación de 125 toneladas de leche en polvo a la filial de empresa suiza Nestle, la mayor empresa mundial de alimentos.

   Chávez sigue siendo ampliamente popular después de ganar una amplia reelección el año pasado, y los encuestadores aseguran que volverá a triunfar en diciembre en el referendo que le permitirá perpetuarse en el poder.

   El militar retirado nacionalizó este año amplios sectores de la economía y reforzó los controles de precios que decretó en el año 2003, pero que han sido ignorados en gran parte. En la actualidad, la mezcla de los controles y el gasto sin precedente de los consumidores ha lanzado a los negocios como Cueva de Iria, una panadería típica que expende café, dulces y panes recién horneados, a una lucha por encontrar ingredientes. “Todo lo que tiene que ver con harina y dulce es problemático. Llamamos a los proveedores y dicen que no hay”, dijo el administrador de la panadería, Lino Alves. “Nada más tenemos un poquito de leche para el café”, agregó.



Tráfico de leche en polvo. Un mercado negro informal ha surgido con vendedores ambulantes que expenden ilegalmente bolsas de azúcar, frijoles y la preciada leche en polvo, por hasta el doble del precio de la regulación. La agencia oficial de protección al consumidor, respaldada por el cuerpo de reserva militar, con frecuencia cierra comercios por vender por encima de los precios del gobierno, pero los trabajadores ambulantes comercian en el centro de Caracas a la vista de las autoridades. “Esto es una falta de respeto, pero no se consigue por ningún lado”, dijo José Ferrer después de pagar casi 12 dólares por una lata de leche en polvo, que está regulada a 6 dólares. “Uno tiene que comprarlo a la fuerza por los chamos (niños)”, afirmó.

   La economía creció un 10 por ciento en 2006, y millones de venezolanos reciben asignaciones del gobierno por participar en programas de educación y desarrollo comunitario. Uno de los programas más populares son las cadenas de mercados subsidiadas Mercal, establecidas en áreas rurales y marginales, que venden comida a precios fijos que no están afectados por la creciente inflación —que culminó el año pasado en 17 por ciento— pese a que también es víctima de la escasez. “Me gusta todo lo que está haciendo el presidente Chávez; porque está ayudando a los pobres”, afirmó María Peña, de 48 años de edad, una ama de casa haciendo fila para comprar leche en polvo. “Lo único que no me gusta es la cola”, lamentó.


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Los venezolanos deben soportar largas colas para conseguir artículos de primera necesidad.

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