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 domingo, 18 de noviembre de 2007  
En Francia continúa la huelga, pero los gremios se dividieron

París. — Francia entró ayer en el cuarto día de huelga de los medios de transporte, cuyos trabajadores estatales resisten la reforma previsional del sector que impulsa el presidente Nicolás Sarkozy. El frente sindical se presenta dividido y el apoyo social es muy bajo, con el 70% de la población que ve la huelga como una defensa corporativa de privilegios jubilatorios.

    Los sindicatos se han dividido entre partidarios y adversarios de finalizar la huelga. El gobierno mantiene firme su determinación de no negociar el núcleo de la reforma, que consiste en igualar los años de contribuciones previsionales del transporte estatal con los del resto. Hoy los ferroviarios y gremios afines aportan 37 años y se pueden jubilar con 50 años de edad. Este privilegio produce un gasto anual extra de 5 mil millones de euros, y es mal visto por los franceses.

   Ante la determinación gubernamental, el gremio Cfdt anunció el viernes su decisión de abandonar la huelga. El sindicato SUD, por el contrario, pide la “extensión del conflicto”. La tradicional CGT, por su parte, está dividida entre partidarios y adversarios de poner fin a la huelga. Esta aparición de una línea reformista en el sindicato mayoritariamente comunista implica una novedad histórica.

   Como resultado de esta división, en las últimas 48 horas hubo menos huelguistas que al inicio de la medida, pero aún así la falta de personal obligó a suspender numerosos servicios.

   En París circuló ayer uno de cada cinco trenes del servicio de subtes y aproximadamente el 40% de los ómnibus y tranvías. Dos tercios de los trenes de alta velocidad, o TGV, fueron suspendidos, según señaló la empresa estatal Snfc. En las calles de París y la región volvió a haber embotellamientos y también se vio afectado el transporte internacional, como las conexiones ferroviarias con España.


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