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 domingo, 18 de noviembre de 2007  
Vitaminas, calcio y antioxidantes

El té es la bebida que se obtiene a partir de la infusión de las hojas de la planta Camellia Sinensis. Tiene excelentes propiedades estimulantes porque tanto los brotes como las hojas presentan un complejo químico de enzimas, carbohidratos, proteínas y lípidos. Los brotes se distinguen por su marcado contenido en polifenoles (flavonoides, teaflavina, tearubigina) y bases xantinas (cafeína, teobromina y teofilina). La popularidad del té como bebida puede atribuirse a la presencia de estos dos grupos de compuestos, responsables del sabor único y asociados al aroma.

   Existen diferentes variedades que se dan a partir de distintos procesos de cosecha, oxidación y fermentación de la planta. Dentro de los cuatro tipos básicos se encuentran el té blanco, el verde, el rojo y el negro. Luego de esos procesos que definen la variedad se pueden elaborar distintas mezclas a partir del agregado de otros ingredientes que potencian el sabor y el aroma. Esta milenaria bebida contiene un alto número de sales minerales y principios activos como la teína o cafeína.

Las sales minerales que contienen son sodio, potasio, níquel, cobre, hierro, silicio, aluminio, magnesio, fósforo y calcio.

Los componentes más conocidos del té y los más apreciados por su efecto son la teína o cafeína. La presencia de vitaminas es mínima, sin embargo a esta bebida la enriquece el contenido de vitaminas A, B, C, E y P.

Todos los tés realizados a partir de la planta de Camellia Sinensis son ricos en polifenol que es un antioxidante.

  El té negro está elaborado a partir de la oxidación sustancial de las hojas de Camellia Sinensis. Es fuerte en cuanto al sabor y también aporta numerosos beneficios para la salud. Además, tiene mayores propiedades aromáticas que el resto: ayuda a la relajación de los vasos sanguíneos, a que el colesterol bueno no se oxide, protege el sistema cardiovascular y previene la caries.

   Contiene minerales como calcio, fósforo, hierro, potasio, sodio y vitaminas A, B1, B2 y C, además contiene más teína que el resto de las variedades de té. Es una fuente importante de cafeína que estimula el sistema nervioso central, relaja los músculos lisos en los conductos de los pulmones, estimula el corazón y actúa como diurético.

   El sistema cardiovascular es uno de los más beneficiados gracias al efecto antioxidante de los flavonoides que contiene. Diversos estudios concluyeron que cortos y largos períodos de consumo del té negro revierten la disfunción de los pacientes con enfermedades coronarias; disminuye el riesgo de enfermedades cardiovasculares debido a que mejora la capacidad de dilatación y contracción de los vasos sanguíneos. Además previene la oxidación del colesterol “bueno”.
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