|
domingo,
18 de
noviembre de
2007 |
“Veo el mundo desde una perspectiva mucho más revolucionaria que rosa"
La intérprete canaria dijo que el optimismo
de sus canciones responde a su sentir
Pedro Squillaci / La Capital
Rosana ilumina con su buena onda. La misma que tiene arriba del escenario o la que transmite a través de sus canciones. La cantante canaria se presenta con su banda hoy, a las 21, en teatro El Círculo.
En diálogo telefónico desde Madrid, Rosana desiste de quienes la tildan como una cantante light: “Siempre digo que sin miedo lo malo se nos va volviendo bueno _dijo_. Y eso es ver el mundo desde una perspectiva casi más revolucionaria que rosa”. Mientras Rosana habla con Escenario, en Madrid es una lluviosa tarde de otoño.
—¿La lluvia te motiva para hacer temas más románticos?
—No dudes, aunque a veces entre tantas entrevistas me queda poco tiempo.
—¿”Si tú no estás”, el mayor éxito de tu carrera, te marcó el camino a seguir en esa línea romántica e intimista?
—Creo que “Si tú no estás” fue el primer tema reconocido. Y en ese disco, “Lunas rotas”, que era mi primer disco, también estaban otras canciones como “A fuego lento”, “El talismán” o “Lunas rotas”, pero creo que a partir de “Pa’ tí no estoy” (del disco “Rosana”) que es curioso porque es como lo contrario, se genera otro tipo de tratamiento, quizá más rock, otra melodía, otra forma, que ya se venía insinuando en canciones anteriores.
—¿Cuál es el denominador común de tu música?
—Si escuchas todas mis canciones creo que el denominador común es que no tengo un estilo concreto. No hago mayoritariamente baladas, rumbas o rock. Me paseo por la música por donde se pasean las emociones.
—Sin embargo, se percibe que el optimismo y el canto a la vida es lo que más aparece en tus canciones.
—Hay un punto que es indiscutible y es lo que viene con el pack genético (risas). Es una forma de vida, no es algo que yo escriba de manera premeditada o que haga por oficio, ¿no? Yo creo que el canto a la vida es una manera natural, que es la misma manera en la que yo vivo. La diferencia entre lo que yo vivo y lo que escribo es cero.
—¿Estas canciones no te surgen como un rechazo natural a tantos autores que les cantan a la dura realidad?
—De todos modos, hay un disco mío que se grabó en vivo hace unos años que se llama “Marca registrada” y en él hay un tema llamado “No hay un Dios”, en el que no me puedo desangrar más, donde cuento todo lo que pasa en los informativos. No siento ningún tipo de rechazo con esas canciones que hablan de la crisis. Yo me responsabilizo de lo que siento y vivo, y yo vivo y siento un mundo en el que creo que entre todos somos capaces de llegar a buen puerto, aún reconociendo que no estamos en el mejor momento del Tsunami.
—¿No te preocupa que la gente sienta que ves el mundo color de rosa?
—No lo sé (risas), es un planteamiento que nunca me hice. Yo no lo veo todo rosa, creo que soy capaz de convertir el azul marino en rojo, estoy convencida. No digo solamente por oficio que creo que “sin miedo, lo malo se nos va volviendo bueno” (“Sin miedo”, de “Lunas rotas”). Lo digo porque lo siento y eso no es ver un mundo rosa, es quizá ver el mundo desde una perspectiva mucho más revolucionaria que rosa.
—¿Qué te provoca ese gesto atípico que tenés en tus shows de bajarte del escenario y saludar a todo tu público?
—Lo que más me genera es intentar devolverle a la gente algo de todo lo que me da. Probablemente porque vengo de una familia numerosa (es la menor de una familia de 8 hermanos), en la que es muy importante la cercanía y el contacto. Seguramente lo que más me gusta del mundo es el ser humano, es la gente. Y para mí es muy importante no solamente hacer canciones con las que pueda generarles una sonrisa sino además acercarme a ellos. Yo estaría encantada de hacer todo el concierto desde abajo si no fuera porque la gente me va a decir que suba y que me deje de boberías. Para mí es importante mirarle los ojos a la gente.
—¿Considerás que hay problemas personales que podrían resolverse sólo con una mirada a los ojos?
—Yo creo que sí, hay que mirar a los ojos. Por algún motivo que yo ignoro pensamos que hay que mirar a los ojos solamente cuando uno va a decir algo agradable. Pero cuando uno tiene que decir algo más duro también hay que mirar a los ojos, y no es síntoma de fortaleza ni es síntoma de fragilidad. Yo creo que en un momento determinado hay que mirar a los ojos porque definitivamente es la mejor manera de comunicarse. Seguramente los ojos llegan allí donde las palabras la tienen mucho más difícil.
enviar nota por e-mail
|
|
Fotos
|
|
Rosana llega por segunda vez a Rosario con clásicos como “Si tú no estás” y “A fuego lento”, junto a otras canciones inéditas.
|
|
|