|
domingo,
18 de
noviembre de
2007 |
Cine: crítica de los estrenos de la semana
A cada lado
del puente es la frase que se desprende del título de esta laboriosa película de Hugo Grosso, quien decidió mostrar las historias que se podían cruzar en dos ciudades tan cercanas y tan disímiles como Rosario y Victoria. El filme toma aspectos documentalistas que incluye la construcción de la conexión vial e imágenes de ficción que aparecen mágicamente enlazadas en la inauguración oficial del puente. Un realizador con convicciones, un amigo que las olvidó, dos mujeres ancladas en el tiempo en Victoria, un transformista enamorado, un ladrón de poca monta y un padre que se debate con la soledad son los personajes centrales que atraviesan el primer largometraje del documentalista rosarino. Con trabajos destacados de Bidonde, Geretto y Machín, el filme conmueve, divierte y tiene color local.
P.S.
Leones por corderos
La guerra de EEUU en Irak y Afganistán tienen cada vez menos apoyo popular y más muertos. Por eso los halcones de Bush necesitan un nuevo plan: enviar pequeños pelotones a tomar puntos estratétigos. Y para desandar el relato Redford lo divide en tres. Dos partes se sustancian en extensos diálogos y la otra como una secuencia de acción militar. El senador Cruise acorrala a la periodista Streep acusando a los medios de fomentar la guerra y el profesor Redford le da cátedra de vida al compañero de dos alumnos suyos alistados en el ejército, mientras en Afganistán las cosas salen mal. Deliberadamente, el filme usa una extrema simpleza narrativa en busca de un rédito político: involucrar en la historia a los jóvenes de las minorías raciales, carne de cañón de una guerra interminable.
O.V.
La mujer rota
Dolores Fonzi saca adelante su personaje a pesar del guión un poco inverosímil. Camila es una mujer obsesionada por un hombre hasta el delirio. Es una chica que vive para pensar en Juan, quien la ignora después que satisface su sexualidad. “¿Por qué nada se materializa?”, se pregunta Camila. La vida para ella es algo en construcción, siempre inacabado, en medio de la nebulosa irreal de sus días y sus noches. El filme cargado de símbolos visuales, evoca la estética de la ya vieja nouvelle vagué en silencios, texturas y miradas fuera de cuadro, con una sólida composición de Fonzi, quien a pesar de la morosidad del relato y la aparente falta de rumbo, logra darle consistencia a un personaje trastornado por una especie de autovaciamiento emocional e intelectual en función del deseo.
R.B.
Matar o morir
Reunir a Clive Owen, Monica Bellucci y Paul Giamatti en una pelicula de acción es una promesa que, en el caso de “Matar o morir”, queda en nada. El punto de partida de la historia, el rescate de una joven embarazada a punto de dar a luz, se reduce a un tiroteo anodino en el que hay un espectacular derroche de balas y ni una sola idea inteligente. Asombra ver que, después de “Sin City” de Robert Rodríguez o de “Snatch” de Guy Richie, se pueda rodar una historia de gansters tan poco creativa como la escrita y dirigida por Michael Davies. Las situaciones que se plantean son insulsas y los diálogos, que pretenden ser irónicos y divertidos, son tan artificiales y tontos que los actores no pueden ocultar el sufrimiento que sienten al decirlos. Pero lo peor es que la historia quere ser graciosa y no logra. Un pecado imperdonable.
R.L.
El cielo gira
Un mundo rural en contraposición a la enloquecida vida urbana. Lástima, un mundo que desparece. En Aldealseñor, un pueblo español, quedan 14 habitantes. Son la última generación, después de mil años de historia. Según Mercedes Álvarez, ella es la última persona que nació allí, y en cuanto mueran los actuales habitantes sólo quedará el silencio. Suena apocalíptico, pero es la historia de un viejo pueblito y de tantos otros en el mundo. Para ver.
J.L.C.
Soñar no cuesta nada
La historia real de unos soldados colombianos que luchaban contra la Farc y encuentran enterrados 46 millones de dólares bajo la mirada tragicómica del director Rodrigo Triana se transforma en un relato surrealista. Un tema serio _sin que esto implique demasiada profundidad_, momentos con bastante humor y una propuesta fresca, jugosa y con un buen pulso narrativo. Una entretenida película.
J.L.C.
Los seis signos de la luz
El cine fantástico tiene una presión extra: si no sorprende queda entre las películas del montón. Este filme, basado en la historia de un joven que debe reunir seis piedras para que el mundo no sea invadido por la oscuridad, es previsible. Tiene momentos logrados de efectos especiales, pero se desaprovechó dramáticamente el salto al pasado del protagonista y tiene actuaciones pobres. Poco para rescatar.
P.S.
enviar nota por e-mail
|
|
|