Sin estrategia turística

En pocos días comienza en todo el país la temporada turística de verano y creo que Rosario no tiene definida una estrategia para captar turistas en estos próximos meses que se avecinan. Actualmente se desarrollan en nuestra ciudad diversas campañas de otros destinos alentando a los rosarinos a veranear en sitios clásicos como la Costa Altántica, Córdoba o Mendoza que hacen pensar acerca de la dinámica que la ciudad debiera fomentar en ese aspecto. Ahora bien, habida cuenta de que nuestro atractivo natural se distingue de los mencionados destinos por la singularidad que nos da el río Paraná y sus islas, noto un marcado desdén por parte de la Municipalidad, por ende del Etur, en cimentar un plan que tenga a este recurso natural como clave para elaborar un mensaje, que una vez inserto en los diferentes mercados, motiven a los turistas a tener en cuenta nuestra región como centro de sus vacaciones apoyándose en el Turismo de sol y playa. Por otra parte, es lamentable que año tras año se descuide cada vez más el mantenimiento de nuestro único atractivo turístico natural. Se sabe que la costa norte se ve erosionada intensamente por el río y nada se hace para proteger las playas de uno y otro lado del río (la isla frente a La Florida, años atrás poblada de paradores y balnearios, es hoy una lamentable barranca con estructuras desmoronadas por el socavamiento que produce la correntada del río) y frente al Parque Nacional a la Bandera, donde el Banquito de Arena se vislumbra como único sitio con aspiraciones a convertirse en balneario de gran categoría, se ve sometido al arbitrario designio de empresarios que deciden que la accesibilidad a dicho recurso mengüe temporada tras temporada al cobrar desorbitantes tarifas para cruzar en las lanchas de pasajeros. Si se tiene en cuenta que las boleterías para contratar las embarcaciones privadas están en La Fluvial (un predio de concesión municipal, es decir que pertenece a la ciudad), y por el mero hecho de comprar los pasajes el concesionario cobra un importante porcentaje del ticket, más otro porcentaje que se adjudica el propietario del muelle en el banco de arena, nos encontramos con intermediarios que, a favor de su apetito por el dinero y el corto análisis acerca de los beneficios que el turismo aportaría, destruyen la posibilidad de que los turistas conozcan y disfruten del inigualable paisaje que frente a nosotros la naturaleza nos cedió y que promocionamos como marca local. Si realmente Rosario quiere llamarse "turística", algo habrá que regular para que estos intermediarios no impidan a los visitantes acceder y disfrutar de este importantísimo producto turístico llamado Sol y Playa. Un pasaje a 11 pesos (del que la intermediación "muerde" más del 60% sin prestación alguna mediante), es un despropósito para el desarrollo turístico de la zona. Más aún, cada verano nos enteramos que estas lanchas, que nadie sabe quién las controla, aunque Prefectura vele por ellas, regularmente deben amarrar en la isla debido a imprevistas tormentas o fuertes sudestadas que impiden el cruce, haciendo que los pasajeros deban permanecer a cielo abierto, algunos aterrorizados, ya que estas embarcaciones, o los paradores propietarios de los muelles, no poseen las mínimas comodidades para guarecerse. Aquí el sayo debiera caberle a la Municipalidad, ya que estamos frente a la problemática de un transporte público de pasajeros. Y al Etur si realmente tiene conciencia de lo que la actividad turística requiere. Y esto sencillamente es accesibilidad, responsabilidad y sostenibilidad.

Daniel Perea

DNI 14.081.768