El compromiso universitario desde la investigación

El aporte al desarrollo regional, un desafío para las instituciones de educación superior

Matías Loja / La Capital

La mayoría de los trabajos presentados la semana pasada por estudiantes y graduados universitarios argentinos en Paraguay apuntan a sumar el aporte de la academia a los principales problemas que atraviesan las naciones de la región. Reunidos en la Universidad Nacional de Asunción, las XV Jornadas de Jóvenes Investigadores de la Augm (Asociación de Universidades Grupo Montevideo) mostraron las principales líneas de trabajo de los universitarios latinoamericanos.

Ya sea en cuestiones vinculadas a la salud, la educación, el medio ambiente o la revisión de las relaciones políticas e históricas en Latinoamérica, jóvenes investigadores de las casas de altos estudios se enfrentan a la tarea de dar cuenta de la realidad del sur continental, donde la desigualdad es una de sus marcas más profundas.

Por ello suenan acertadas las palabras del vicerrector de la Universidad Nacional de Asunción del Paraguay (UNA), Amado Franco Navoni, al cierre de las jornadas académicas, cuando pidió a los universitarios que sigan comprometiéndose con las necesidades de los países de manera de evitar que “nuestra indiferencia no rompa el sueño de nuestros pueblos hacia el desarrollo”.

Generar conocimiento con función social y de calidad para dejar atrás modelos de exportación de materias primas de escaso valor agregado fueron palabras que sonaron también en el auditorio de la UNA, en este caso en boca de la máxima autoridad de la institución paraguaya, Pedro González. No sin antes hacer referencia al paso de “los oscuros tiempos de las dictaduras y la economía neoliberal” de crecimiento que hicieron mella en los países a los que pertenecen los más de 560 jóvenes investigadores de Uruguay, Paraguay, Chile, Brasil, Bolivia y Argentina convocados por la Augm.

Camino que implica también, como quedó en claro en el encuentro realizado en Paraguay, la búsqueda de espacios comunes entre las líneas de investigación desarrolladas en los distintos países, mediante la complementación y el intercambio de experiencias concretas que fortifican en muchos soluciones y aportes desde una identidad común.



Pacto social

El conocimiento busca atarse así al compromiso social que exigen las sociedades de sus instituciones superiores. Un pacto con la Universidad que exige pertinencia de lo que se genera en la academia invita a repensar el rol de la ciencia.

También allí radican espacios de democratización posibles de convocar a los estudiantes y jóvenes graduados, como planteara hace poco el especialista de la Universidad Nacional de San Luis, Carlos Mazzola. La proximidad de los 90 años de la reforma universitaria puede ser una oportunidad posible para sumar este debate.

Autoridades superiores piden a la Universidad sortear la indiferencia frente a los problemas sociales.