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sábado,
06 de
octubre de
2007 |
Un trabajo que respira transición
No es muy común escuchar un disco cantado por Lito Vitale. El factor sorpresa atrae en “El otro”. La voz de Lito es cálida y afinada aunque le faltan matices y mayor expresividad. Las canciones son un punto aparte. A lo largo de los doce temas de este material se percibe un enfoque demasiado autorreferencial. Frases como “Estar aquí me hace feliz hoy” (“El otro”), “Vivir es caminar y hacer” (“Recalar aquí”) o “El ciclo vuelve a comenzar/quiero poder ver y cambiar” (“Siempre tu alma”) hablan de un cambio interior del tecladista. Este es un disco blanco, no hay una mirada hacia afuera, no hay un enfoque de otras realidades, ni críticas airadas. Hay un espejo del nuevo Lito Vitale, dispuesto a empezar un camino nuevo y a reírse de los prejuicios. Quizá se note demasiado el tic de todo artista que hace un primer disco, aunque parezca una paradoja esto del debut musical con más de 30 años de trayectoria. Y es que Lito quiso hacer todo junto. Por eso suenan un rock, una bachata, una cumbia, un cuarteto y una balada, y el resultado es un mosaico con brillos y sombras. Pero Lito Vitale tiene crédito de sobra como para confiar que todavía tiene más para dar.
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