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sábado,
06 de
octubre de
2007 |
Derechos sociales. La inversión en la profesionalización
“Trabajar doble turno es malo para el alumno”
“No es posible que un maestro que tiene 15 años de escolaridad y educación superior, para alcanzar un salario de 2500 pesos y así llegar a fin de mes, deba trabajar doble turno. Es malo para el docente y malo para los alumnos”.
La opinión es del sociólogo Emilio Tenti Fanfani, un reconocido educador del Instituto Internacional de Planeamiento de la Educación (Iipe) Unesco, que además se dedicó a estudiar a los maestros y profesores en la Argentina. La investigación la volcó en el libro “La condición docente”, editado por Siglo XXI Ediciones, donde analiza entre otras cuestiones la relación de los educadores con el acceso a los bienes culturales, además de los aspectos sociales que influyen en su oficio.
Es por eso que recuerda con preocupación, que en el año 2000 las conclusiones de su estudio indicaban que un 12 por ciento de los docentes argentinos vivía por debajo de la línea de la pobreza. Está claro que la situación de vulnerabilidad acarrea graves consecuencias para quienes ejercen el trabajo de enseñar, en especial respecto de la valoración simbólica que se hace de un trabajo ligado a la cultura y el desarrollo de los pueblos.
“Mientras más un docente dependa para su sobrevivencia del salario que percibe, más alta es la probabilidad de tener problemas de satisfacción de necesidad básicas”, dice.
Y en especial mira al sector que es el único o principal apoyo familiar para pagar un alquiler, por ejemplo. Pero va por más y recuerda que “cualquier profesional requiere de actualización de una educación permanente, y eso demanda una inversión”.
Enseguida cita como ejemplo que “pueda comprar diarios, tener equipamiento informático, una computadora, internet en sus hogares, etcétera, una inversión necesaria”.
Recuerda entonces que “todas estas situaciones se ven limitadas cuando los docentes tienen que estar preocupados por la vivienda o el transporte de todos los días”.
El educador reconoce que “las líneas de crédito en la Argentina no son accesibles a los maestros, los intereses son demasiados altos. Es un problema que trasciende a los docentes, estos préstamos no están al alcance de los sectores medios y bajos (que son los sectores a los que pertenecen los educadores)”.
Carácter estratégico
Dice, además, que en algunos países donde “la profesión tiene un carácter estratégico, los docentes tienen un tratamiento particular”, cuando se piensa en derechos sociales.
Al ser consultado sobre la posibilidad de que los maestros accedan a un plan de viviendas sociales como el que demanda la comisión conformada en Rosario, el sociólogo recuerda que “en la Argentina esto puede pasar pero como resultado de las luchas, de las relaciones de fuerza y si estas demandas se convierten en colectivas y no de un grupo”.
Según analiza, no tener la posibilidad de vivir en condiciones deseables, “ influye en la imagen que el maestro se hace de sí mismo, donde va cambiando el estado de ánimo y la actitud frente a su trabajo”.
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