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 domingo, 16 de septiembre de 2007  
“La CGT debe ser única, porque la CTA no representa a los trabajadores”
Antonio Caló es hombre de confianza de Cristina Kirchner y se lo considera el sucesor de Moyano

Carlos Colombo / La Capital

La Unión Obrera Metalúrgica (UOM) está creciendo al ritmo del país. Viene de salir de un concurso de acreedores y de apenas 60.000 afiliados que le quedaron en el 2001 hoy ya tiene 220 mil. El secretario general de la UOM, Antonio Caló, aseguró que esa organización “estará en el lugar que los otros gremios nos pidan” y que ese espacio será de “privilegio”. Algunos ya sindican a Caló como el hombre de confianza de Cristina Fernández de Kirchner y no descartan que se convierta en el próximo titular de la Confederación General del Trabajo (CGT) si la primera dama accede a la Presidencia.

   Caló estuvo en Rosario firmando convenios ligados a la obra social y participó de un acto en el gremio junto al responsable del Sanatorio Rosendo García, Luis Echagüe, y dirigentes metalúrgicos de varias seccionales.

   “La UOM está creciendo y va a estar en el lugar que tiene que estar en el momento oportuno. A veces no hay que hablar antes de la cuenta. Cinco años atrás teníamos 60 mil afiliados y hoy tenemos 220 mil; hubo que reconstruir la UOM, que viene de un concurso de acreedores: estábamos desaparecidos”, confesó Caló a La Capital.

   En ese sentido, consideró que su gremio “está tomando el impulso que tiene el país: si crece la industria, la UOM crece”. Luego recordó que cuenta con un diputado nacional, que sumaron otro en Córdoba (con Luis Juez) y que van a acceder a otras bancas en la provincia de Buenos Aires.

   “Estamos creciendo, pero no vamos a avasallar los principios de nadie. De todos modos, vamos a estar en el lugar que los otros gremios consideren que debemos estar, y son muchos los que quieren a la UOM en un lugar de privilegio”, confió, aunque se cuidó de ponerle nombre a ese espacio.

   En cuanto a la política del presidente Néstor Kirchner, el gremialista aseguró que la organización que lidera “seguirá acompañando este proceso económico y político”, lo que no quita que se siga reclamando recomposición salarial. La UOM fue el primer gremio que se plantó en diciembre del año pasado en el reclamo de un aumento del 20 por ciento porque —en palabras de Caló— “no discutimos inflación, discutimos salarios; eso lo agradecieron los gremios más chicos, y a los grandes otra vez les marcamos el camino de las paritarias”.

   Dijo que le “gusta mucho Cristina Kirchner”, pronosticó que hará “una buena presidencia” y que “va a superar al marido; va a seguir el camino trazado por Kirchner, pero va a mejorar muchas cosas”.

   Caló hizo una finta de torero cuando se le preguntó si es el hombre de Cristina dentro del sindicalismo, y salió explicando que la UOM “es de confianza del presidente Kirchner”, ya que fue “al único gremio al que recibió institucionalmente cuatro veces, y eso es un halago”.

   Conocedor de los tiempos, alaba al titular de la CGT, el camionero Hugo Moyano, a quien definió como “un compañero que puso la cara en los años 90 y si el presidente lo eligió como hombre de confianza, los trabajadores también le dimos nuestra confianza”.



Pidiendo cancha. Sabedor también de su actual fortaleza, Caló no dejó de marcar la cancha sindical. Consultado sobre si su gremio iba disputar la conducción de la central obrera, disparó: “La UOM no pelea la cabeza de la CGT, a la UOM la eligen, y vamos a estar donde los compañeros trabajadores nos pidan, y muchos quieren que estemos en el lugar que nos corresponde”.

   Sobre la posible coexistencia de dos centrales sindicales, la CGT y la Central de Trabajadores Argentinos (CTA), fue tajante: “No pueden convivir”.

   “Acá tiene que existir la CGT única, porque la CTA no representa al movimiento obrero, a los trabajadores. Los compañeros de la CTA representan al Estado (la mayoría de los gremios que la componen son de trabajadores estatales); tendrán que hacer una CGT para el Estado, pero no saben lo que es engrasarse o manejar un torno, ellos podrán seguir bregando pero el sello, pero la CGT es de los trabajadores”, concluyó.
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Caló conduce un gremio que recupera fuerzas y se prepara para liderar el sindicalismo.


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