Reclamaron por la muerte de un joven en un boliche

Walter Gasparetti / La Capital

Carcarañá.— Familiares y amigos de Fernando Martín Andreozzi, el joven de Villa Gobernador Gálvez que murió tras recibir una golpiza en un boliche de esta ciudad, realizaron una marcha frente al lugar del crimen y pidieron “más testigos” para esclarecer la causa que investiga el juzgado de Instrucción de Cañada de Gómez.

   Una veintena de personas llegaron desde Villa Gobernador Gálvez en un micro de la línea 35/9 a la principal plaza cañadense. Allí desplegaron una foto del muchacho y una leyenda que decía: “Ahora sos mi voz, quiero justicia”.

   Los manifestantes marcharon hasta el club Atlético Carcarañá, donde el 15 de julio mataron a Fernando. Esa madrugada el joven llegó en auto junto a su primo Gustavo Escobar. Primero fueron al boliche El Culto, pero como no había chicas de su edad se trasladaron hasta el club Cremería, donde media hora después murió.



Lesión fatal.“Sacó a bailar a una chica que le dijo que no. Se ve que eso molestó a otro muchacho que le dio una patada y lo hizo trastabillar. Cuando intentaba recuperarse le pegó una trompada que lo hizo caer y su cabeza chocó contra el piso”, contó la cuñada de Fernando, Gabriela Pino. El golpe le quebró la base del cráneo y a las pocas horas murió.

   Aclarar el caso no es tarea sencilla para la familia porque los informes policiales refieren a una supuesta riña. El hermano mayor de Fernando, Adrián Andreozzi, de 36 años, está convencido de que el joven nunca entabló una pelea con M. T., de 21 años, acusado del crimen.

   “Un médico legal dijo claramente que Fernando no tiene hematomas, con excepción de un golpe en la cara, y tampoco en los nudillos, con lo cual nunca pudo defenderse”, confió a este diario. Adrián sospecha que el imputado podría haberse hecho golpear después del hecho o romperse la ropa para cimular la riña, “probablemente en consonancia con la policía”.

   Por eso los familiares pidieron una segunda autopsia para probar que el golpe dado por el agresor “fue descendente, cuando Fernando no se había recuperado de la primera patada”.

   “Tenemos testigos, pero están siendo amenazados. Nos hacen falta más testimonios. Ese día había casi 600 personas y sabemos que alguien más vio lo que sucedió”, argumentaron. También contaron que “la jueza Ana María Bardone otorgó la libertad condicional del acusado tras pedir una fianza de 20.000 pesos” y opinaron que el agresor “debería estar preso porque es violento y tiene antecedentes similares”.

Los familiares del muchacho pidieron la presencia de testigos.