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domingo,
16 de
septiembre de
2007 |
La memoria abre puertas
Hoy, 31 años después de aquel día en que vos, hijo, estabas en mi panza, somos colegas, somos maestros. Y paradójicamente, pocos días después del Día del Maestro vos y yo desaparecemos a manos de la turba inculta que poblaba (y puebla) los cuarteles. Fue un 13 de septiembre, en que por razones increíblemente ridículas e insanas caímos (como tantos seres irreemplazables que ya no están) en la jefatura (no es un error, es con minúscula). Sobrevivimos y hoy podemos decirnos, a pesar de todo: “¡Feliz día, maestro!”. Y un reconocimiento enorme a los docentes desaparecidos por luchar por los más desposeídos. Y un reconocimiento a los organismos de derechos humanos, especialmente a las queridas Madres de Plaza de Mayo, por no bajar los brazos y seguir pidiendo justicia. A los compañeros desaparecidos: ¡presente, ahora y siempre!
Laura Taibi, DNI 4.781.607
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