Año CXXXVII Nº 49590
La Ciudad
Política
Información Gral
El Mundo
Opinión
La Región
Cartas de lectores
Policiales
Mundo digital



suplementos
Ovación
Señales
Economía
Escenario
Turismo
Mujer


suplementos
ediciones anteriores
Ovación 02/09
Turismo 02/09
Mujer 02/09
Economía 02/09
Escenario 02/09
Señales 02/09
Educación 01/09
Estilo 01/09

contacto

servicios
Institucional

 domingo, 09 de septiembre de 2007  
etapa de transición
El climaterio no es una enfermedad
El ginecólogo Roberto Boccanera habla de los mitos y verdades de la menopausia

Florencia O'Keeffe / La Capital

“El climaterio es una etapa de transición en la vida de la mujer pero no es, de ninguna manera, una enfermedad”, dice, contundente, Roberto Boccanera, médico ginecólogo, jefe del Centro de Estudios de Climaterio de la Cátedra de Ginecología de la Facultad de Medicina de Rosario. El especialista aseguró que es preciso hacer esta aclaración porque aún en la actualidad está instalado que el cese de la menstruación es el inicio de la vejez y el final de cosas positivas. “Hay que desterrar definitivamente esa idea; es cierto que cuando una mujer deja de menstruar hay cambios biológicos, psicológicos y sociales, pero eso no significa que sean malos”.

—¿Hay una única definición de climaterio?

—No hay una sola. Yo creo que la mejor es aquella que lo define como una etapa de transición entre la vida reproductiva y el cese de la posibilidad de engendrar un hijo, donde se producen una serie de cambios biológicos, psicológicos y socioculturales. No es sólo el cese de la función ovárica y la época de los calores, sino un hecho que trasciende lo clínico y hay que mirarlo como tal.

—¿Cambió la mirada que se tiene de la mujer en menopausia?

—El hecho más trascendente es que en el siglo XIX, que no está tan lejos, la mujer vivía hasta los 50 años y nadie sabía entonces qué pasaba después que perdía la función ovárica. El aumento de la expectativa de vida y el cambio de roles de la mujer obligaron a prestar atención a esta etapa vital. Ahora sabemos que coincidentemente con el cese de la función ovárica la mujer empieza a analizar qué fue de su vida y a pensar cómo quiere vivir los próximos 25 años.

—¿Y qué puede aportarle el ginecólogo?

—Más allá de lo estrictamente médico somos el referente al que la mujer consulta al menos una vez al año. No sólo tenemos un rol protagónico en la prevención de enfermedades prevalentes como el cáncer, los problemas cardiovasculares, la osteoporosis, el Alzheimer o la artrosis, debemos orientar y asesorar a la mujer, escucharla. Siempre digo que para que la mujer sepa si encontró un buen ginecólogo debe preguntarse si reúne las siguientes condiciones: que la escuche, que le pregunte y que la revise.

—¿Hay una edad promedio estipulada para entrar en climaterio?

— La edad promedio es alrededor de los 50 años; sólo el 1% tiene una falla ovárica prematura o menopausia precoz. Hay una etapa que dura entre 3 y 5 años, denominada perimenopausia, caracterizada por alteraciones en el ciclo menstrual y la aparición de calores o sofocones. Aunque con diversos grados de sintomatología el 100% de las mujeres pasará por esto con lo que queda claro que es algo natural y no una enfermedad.

—Sin embargo altera la calidad de vida...

—No en todos los casos, es variable. Si los calores son intensos y molestos hay tratamientos específicos que permiten controlarlos.

—La terapia de reemplazo hormonal estuvo en el centro del debate durante mucho tiempo. ¿Hoy se sigue utilizando?

— El “conflicto” se generó en julio de 2002 cuando se comunicó públicamente un estudio realizado en los Estados Unidos en el cual se mostraba que las hormonas que se suministraban a las mujeres en menopausia eran perjudiciales, que no sólo no protegían contra la enfermedad cardiovascular sino que la aumentaban como también el riesgo de cáncer de mama. Hubo un gran desconcierto porque las mujeres se informaron a través de la prensa, y los médicos no teníamos información necesaria. En Estados Unidos, en un año, las ventas de hormonas bajaron el 42%.

Hoy, a raíz de nuevos estudios, estamos en condiciones de decir que la mujer que necesita tratamiento hormonal en la etapa que va entre los 50 y 60 años no tiene aumentado el riesgo de cáncer de mama y tampoco está demostrado que haya un mayor riesgo en el aparato cardiovascular. Teniendo claro esto el ginecólogo debe asesorarla desde muy joven para que corrija los factores de riesgo de enfermedad cardiovascular (que no coma en exceso, que no fume, que no haga una vida sedentaria) para que cuando llegue la menopausia la encuentre con las arterias en la mejores condiciones y la pueda medicar si es necesario. Siempre teniendo en cuenta que es un traje a medida, que ante todo tratamiento farmacológico hay que evaluar riesgos y beneficios y que es una decisión que se toma en forma conjunta entre médico y paciente.

—¿Es cierto que toda mujer en la menopausia engorda?

— El aumento de peso por envejecimiento es natural pero también hay mucho folclore respecto de esto. En la menopausia es fundamental comer bien, tener una buena calidad de alimentación y aumentar la actividad física, de esa forma se puede resolver la tendencia al sobrepeso.

-¿Hay alguna ventaja en esta etapa?

—Claro (risas...). Me parece que es un excelente período para retomar actividades pendientes, para centrarse con más intensidad en la relación de pareja y en la sexualidad.

Hay cada vez más mujeres que toman con optimismo el hecho de tener más tiempo porque los hijos están grandes. Tengo la sensación de que la mujer está empezando a mirar el climaterio de otra manera y que es la sociedad la que todavía tiene estigmatizada esa etapa. La palabra menopausia estuvo siempre cargada de un sentido peyorativo y es hora de que eso cambie.
enviar nota por e-mail
contacto
Búsqueda avanzada Archivo


Ampliar FotoFotos
Ampliar Foto


Notas Relacionadas
Diferencias



  La Capital Copyright 2003 | Todos los derechos reservados