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 domingo, 09 de septiembre de 2007  
Benedicto XVI instó a Europa a recobrar sus raíces cristianas
Desde Austria, el Papa dijo a los fieles que deben “confiar en la verdad” y defender la bondad

El Papa Benedicto XVI instó ayer a “confiar en la verdad” a los más de 30 mil fieles que, pese a la intensa lluvia, se congregaron ante el santuario alpino austríaco de la Virgen de Mariazell. Con la misa que celebró ayer, considerada el punto culminante de su visita al país, Joseph Ratzinger cumplió una promesa realizada en 2004, antes de convertirse en cabeza de la Iglesia católica.

   Según Benedicto, la actitud de resignación con respecto a la verdad es la clave de la crisis de Occidente y Europa. “Si no hay verdad para el hombre, entonces tampoco puede diferenciar en última instancia bondad de maldad”.

   La misa fue solemne y profundamente religiosa. El Papa explicó a la gente el sentido del peregrino, de María y el cristianismo, de la fe y la “resignación frente a la verdad”. Esta es “la clave de la crisis de Occidente”, aseguró con miras a su convencimiento de que Europa no puede olvidar sus raíces cristianas.

   El Pontífice instó a los católicos a releer los Diez Mandamientos como un múltiple “sí” a la libertad, la familia, la vida y la solidaridad.

   Calificó su visita de peregrinación, declarándose a sí mismo “peregrino entre peregrinos”.

Al evento concurrieron numerosos fieles de países vecinos como Hungría, Eslovenia y Croacia.

   El santuario mariano, que cumple su 850º aniversario, alberga una venerada estatua de la Virgen tallada en madera de tilo el siglo XII.

  Todos los años, un millón de fieles de todo el mundo peregrina hacia Mariazell, un remoto lugar de los Alpes. Y todo comenzó con un milagro. En el año 1157, el monje benedictino Magnus fue enviado a la región para asistir a la gente. En su equipaje llevaba una pequeña estatua de María. Cuando una roca le cerró el camino, y él se dirigió en busca de ayuda a la estatua de la Virgen, la piedra se partió en dos. Al llegar a su destino, el monje colocó la estatua sobre un tronco y comenzó a construir una celda a su alrededor, lo que le dio al lugar su nombre posterior. Desde entonces una y otra vez se habla de milagrosas respuestas a los rezos. (DPA)
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El Papa ofició una misa para una multitud de peregrinos.



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