|
sábado,
08 de
septiembre de
2007 |
Una historia con distintas identidades
Hace un mes, la historia de Cuyi tuvo otro protagonista. Tierrita, de 14 años y otros tantos antecedentes penales, fue apresado después de que un repartidor denunciara que tres adolescentes le apoyaron un revólver en la frente para robarle 2 mil pesos. Sergio D., tal su nombre, vive en Empalme Graneros y, según los agentes, “anda siempre con cuchillo o revólver”. Acerca de Tierrita, un vocero tribunalicio dijo: “La verdad es que ya no sabemos qué hacer con él”.
Otro pibe en idéntica situación es Pelo Duro. De 16 años y afincado en la zona de La Siberia, tiene una veintena de antecedentes. Cayó por última vez en mayo por robarle la cartera a una estudiante a la que amenazó con una tijera. Un mes antes se había tiroteado con la policía tras un robo.
Ese hecho deparó en su arresto domiciliario después de que un juez de Menores entendiera que no podía estar en la calle, pero que tampoco había en la provincia institutos ni personal para atenderlo.
Así, Tierrita, Pelo Duro, Cuyi o como se llamen engrosan la lista de menores con destino incierto. Casos testigos que esconde el paradigma de la compleja trama de delito y niñez sin contención.
enviar nota por e-mail
|
|
|