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sábado,
08 de
septiembre de
2007 |
El resultado del clásico: salvación o la cruz
La semana que viene será trascendental para Central. Es que después de la derrota de anoche ya no hay margen para ningún tipo de facultades excepcionales. Determinará la suerte de un grupo de jugadores y del cuerpo técnico en el torneo. Será la salvación o la condena. Primero está el choque del martes, a las 17.10, ante Gimnasia de Jujuy en el Gigante. Ese partido encerrará un doble significado. Por un lado, será una gran oportunidad para levantarse entre los escombros y cimentar el primer triunfo en el campeonato. Por otro, conformará la antesala del clásico ante Newell’s y no le podrá escapar de ninguna manera a ese rótulo. El folclore rosarino instalará por sí mismo ese marco de exigencias sin reparar si se construye sobre un arsenal de necesidades.
Lo primordial para el equipo de Ischia es el arribo de un triunfo que lo rescate de su asfixia y el Lobo norteño puede ser una plataforma de despegue. Lo debe ser sí o sí. No queda otra. De lo contrario, las huestes canallas arrastrarán sus pesares hasta el Coloso y llegarán al clásico del próximo domingo (a las 14) con una mochila repleta de incomodidades y de reproches insostenibles. Esa pesada carga personificaría a una mala consejera y le puede jugar en contra en un duelo decisivo.
Queda claro que asoma una semana clave en el universo auriazul. Se vienen dos partidos que pueden ser liberadores si el conjunto de Ischia asume sus limitaciones y responsabilidades. Si Central sale airoso de estos dos compromisos, lavará sus penas en el mar de la resurrección y su orgullo podrá esbozar una sonrisa tras tantos tormentos. Pero si sigue atornillado a la desazón, como viene sucediendo, lo más probable es que esta situación arrastre a alguna cabeza.
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